Un equipo internacional de
científicos presentó al público las primeras gráficas de una de las
cordilleras más enigmáticas de la Tierra, la Gamburtsev, una serie de
cumbres totalmente enterrada debajo de la capa de hielo de la Antártica.
Los investigadores pasaron dos meses analizando
la región y presentaron los resultados del estudio en la conferencia
anual de la Unión Geofísica Estadounidense.
Según los científicos, las montañas sumergidas
son mucho más escarpadas de lo que se pensaba y también tienen una forma
más lineal de lo que sugerían los escasos datos recogidos en el pasado.
La nueva investigación también revela un posible
origen de la cordillera cuya existencia ha sido un misterio para los
científicos desde hace 50 años.
"Con una estructura lineal esta cordillera es
más parecida a los Alpes o a los Apalaches" explicó a la BBC el doctor
Michael Studinger, del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty (LDEO) de
la Universidad de Columbia en Nueva York y quien participó en el
estudio.
"Estas son cadenas montañosas que se formaron
por la colisión de placas tectónicas" agrega.
Pero el científico subraya que la investigación
todavía está en sus primeras etapas y que el equipo publicará su
análisis final próximamente en una revista científica.
Hallazgo sorpresa
El doctor Studinger es uno de los principales
científicos del llamado Proyecto de la Provincia Gamburtsev de la
Antártica (AGAP).
Las montañas fueron descubiertas en 1958 por un
equipo soviético y recibieron su nombre en honor al geólogo ruso
Grigoriy Gamburtsev.
Fueron detectadas por sorpresa ya que se pensaba
que el lecho de roca en medio del continente Antártico era
relativamente plano.
Su hallazgo provocó que muchos especularan que
las Gamburtsev podrían ser una vieja cuna de volcanes que habían logrado
emerger perforando la corteza de la Tierra, casi de la misma forma como
brotaron las islas hawaianas en medio del Pacífico.
Desde entonces la cadena se ha convertido en
tema de intenso debate científico porque se cree que son el punto de
nucleación, hace 30 millones de años, de las enormes capas de hielo que
hoy cubren el Antártico.
Su estudio ha sido extremadamente difícil porque
las condiciones de la región son brutales. Las temperaturas pueden
llegar a los menos 80 grados centígrados.
En la nueva investigación se utilizaron dos
aviones Twin Otter para volar sobre la remota región y recoger los
datos.
Los aviones volaron sobre las cumbres escondidas
recorriendo un total de 120.000 kilómetros.
Reunieron información sobre la gravedad,
magnetismo y espesor del hielo, tomaron imágenes del lecho de roca y de
las capas dentro del hielo y trazaron con un rayo láser un mapa de la
superficie de la capa de hielo.
"Hemos llegado a un punto en el procesamiento de
datos que nos permitirá comenzar el trabajo de análisis científico"
afirma el doctor Studinger.
Enorme grosor
El hielo más superficial que cubre las montañas
es de cientos de metros de espesor, dice el científico. Y el hielo más
profundo que logró detectarse es de cerca de 4.800 metros de espesor.
Las montañas están ubicadas a unos 2.500 metros
sobre el nivel del mar.
Ahora está claro que la cordillera tiene una
estructura lineal definida y que tiende a inclinarse predominantemente
hacia el noreste.
Los datos también revelan un panorama muy
escarpado con cumbres altas y valles profundos que han sido
transformados en el pasado por ríos y hielo.
"Antes de que contáramos con estos datos no
podíamos ver los valles y por lo tanto no teníamos forma de cuantificar
el papel de los procesos fluviales y glaciales, que son clave para el
entendimiento de la criósfera y la evolución climática" dice el doctor
Fausto Ferraccioli, del Sondeo Británico del Antártico.
El estudio de lo que ocurrió en estos valles,
agrega, podría ofrecer claves sobre qué tan rápido se cubrieron de hielo
las montañas Gamburtsev.
La investigación también detectó bolsas de agua
líquida en la base del hielo y los científicos tratarán ahora de
identificar si esas lagunas están interconectadas.
"Estamos viendo evidencia de agua en el mismo
centro de la capa de hielo" afirma el doctor Robin Bell, también del
LDEO.
"Estamos muy emocionados porque ahora podremos
usar estos datos para investigar cómo es que los valles que fueron
forjados por ríos y después estampados por glaciales están ahora
conduciendo agua debajo de la capa de hielo", agrega el científico.
Además, el doctor Ferraccioli afirma que quizás
es posible encontrar un lugar donde pueda perforarse el hielo para
recoger información sobre el antiguo clima del Antártico.
"Podría haber hielo de hasta 1,5 millones de
años de antiguedad" afirma el investigador.
"Tendremos que analizar las capas de hielo y
creo que eso será un gran desafío porque la topografía es muy agreste y
las capas están muy apretadas", agrega el investigador.
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