Marcelo Justo
Pentágono:
el presupuesto de defensa de EE.UU sigue creciendo.
Mientras los gobiernos hablan de
austeridad y la cumbre del G20 prometió reducir el déficit fiscal a la
mitad en 2013, el gasto militar sigue en la estratósfera.
"En los países que conforman el Consejo de
Seguridad de la ONU, el gasto militar ha crecido en forma constante
desde 2000", le dijo a BBC Mundo Carina Solmirano analista del Instituto
de Estudios de la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).
En 2009, a pesar de la crisis financiera y la
recesión económica, la inversión mundial en defensa aumentó en casi un
6% en términos reales (tomando en cuenta la inflación).
En febrero de este año, el gobierno de Barack
Obama anunció que el gasto militar de 2011 sería de $US750.000 millones,
US$31.000 millones más que en 2010 y casi US$100.000 millones más que
en 2009.
Europa: gasto en la mira
Europa no ha escapado a esta tendencia. En 2009,
su gasto militar aumentó en un 2,7%.
LOS QUE MÁS GASTARON EN
2009
- EE.UU.:
US$661.000 millones
- China:
US$100.000 millones (estimación SIPRI)
- Francia:
US$64.000 millones
- Reino Unido:
US$58.000 millones
- Rusia:
US$53.000 millones
- Japón:
US$52.000 millones
- Alemania:
US$46.000 millones
- Arabia Saudita:
US$41.000 millones
- India:
US$36.000 millones
- Italia:
US$36.000 millones
- Brasil:
US$26.100 millones
Sin embargo, en medio de la era de austeridad
declarada por la mayoría de los gobiernos europeos, la inversión en
defensa empieza a estar bajo la lupa.
Algunos países, como Grecia, han anunciado
recortes del gasto militar. Otros, como Reino Unido, lo han prometido
sin dar mayores detalles.
"El gasto militar es una decisión que toma un
gobierno por una serie de factores económicos, políticos e ideológicos",
afirmó a BBC Mundo Solimano.
"En términos ideales uno diría que el gasto
debería depender de la relación entre los recursos de un Estado y las
políticas de defensa, es decir, si un país tiene amenazas concretas o
está en algún conflicto".
Debido a la crisis económica todos los países
europeos tienen fuertes déficit fiscales, pero para algunas naciones
como Reino Unido y Francia, miembros del Consejo Permanente de Seguridad
de la ONU, el gasto militar se vincula con su presencia diplomática
internacional.
Estados Unidos es el
primer exportador de armas del mundo y se estima que en diez años la
industria armamentista podría ser el primer producto de exportación
nacional.
Ambas naciones son potencias nucleares. En Reino
Unido, el presupuesto militar supera los US$55.000 millones y el
gobierno tiene que decidir este año si renueva el Trident, su sistema de
armas nucleares, a un costo estimado de más de US$150.000 millones.
Organizaciones no gubernamentales británicas
como Women in Black, opuestas a la renovación del sistema,
están haciendo campaña para que se elimine el Trident a fin de lidiar
con un déficit fiscal que supera los US$200.000 millones.
Dilemas similares enfrentan los gobiernos
europeos respecto de otro factor de peso en el incremento del gasto
militar: el conflicto en Afganistán.
Según datos de SIPRI, a fines de 2009 Reino
Unido tenía un gasto programado de US$5.400 millones o 9,2 % de la
inversiones en defensa, Alemania de US$792 millones (1,7%) y Francia de
unos US$458 millones (1%).
"Este impacto se ve claramente en Estados
Unidos, que desde su participación en los conflictos de Irak y
Afganistán ha visto un fuerte aumento del gasto militar que no hubiera
ocurrido sin estos conflictos", explicó Solimano.
Dos caras de la economía militar
La guerra en Afganistán se lleva buena parte del gasto
militar.
Pero el gasto militar no es sólo una carga para
la economía: puede también ser un impulso.
El premio Nobel de Economía Paul Krugman
recuerda que Estados Unidos salió de la recesión de 1937 gracias al
empuje que le dio... la Segunda Guerra Mundial.
Según datos del SIPRI, en 2004 casi tres
millones y medio de estadounidenses se encontraban en empleos vinculados
con la defensa. Entre las fuerzas armadas y su personal civil se
sumaban otros dos millones.
Pero, además, Estados Unidos es el primer
exportador de armas del mundo. Loren Thompson, del Lexington Institute
(un instituto de análisis), estima que en diez años la industria
armamentista podría ser el primer producto de exportación nacional.
El cabildeo de la industria de armas resalta que
el gasto militar genera empleo, actividad económica e ingresos
impositivos.
Este indudable impacto económico no garantiza
que se trate de un gasto eficiente. Un estudio del instituto Foreign
Policy in Focus de Washington, que comparó el nivel de empleo que
se genera con una inversión de US$1.000 millones en defensa, salud y
energía limpia, llegó a la conclusión de que el sector militar es el
menos eficiente en términos de creación de empleo y beneficios
económico-sociales.
A pesar del cabildeo de la industria, será
difícil que en estos tiempos de estrechez el gasto militar siga gozando
de los privilegios que adquirió en los años de la Guerra Fría.
Déficit europeo: ¿hay dinero para tanta inversión en
defensa?