15 enero 2010

Acercando a israelíes y palestinos

 Jana Beris
Israelí y palestinos en un hospital de Israel
Desde hacer 4 años, un grupo de israelíes ayuda a palestinos transportándolos a hospitales.

Soñadores, dirán unos. Ingenuos, alegarán otros. Luchadores, afirmarán no pocos. Pero lo que importa al medio centenar de israelíes abocados desde hace años a un singular proyecto voluntario de ayuda a los palestinos, es su certeza de que lo que hacen es no sólo importante, sino también fundamental. 

Desde hace aproximadamente cuatro años, conducen diariamente a palestinos que entran a Israel a recibir tratamiento médico en hospitales israelíes y los devuelven a sus casas.

Los recogen temprano a la mañana de los puestos de control del ejército que conectan Cisjordania con territorio israelí, los llevan en sus propios automóviles hasta el hospital necesario, los esperan durante horas y luego los acompañan en el viaje de regreso.

Con ello, ante todo, les ahorran buenas sumas de dinero, sin lo cual habría familias que no tendrían más remedio que renunciar al tratamiento médico, dado que no tienen para pagar el taxi hasta el hospital.

Pero, además, les apoyan, les hacen sentir acompañados en momentos difíciles y dicen estar seguros de aportar a la paz, ya que “preparan los corazones” para el momento en que los políticos logren firmar un acuerdo.

"hablar, acercarse"

Cuando Udi murió , mi dolor era tan grande que me sentía paralizado. Pero jamás pensé en venganza ni nada similar, dado que tenía claro que la única forma de terminar con esas desgracias, es hablar, acercarse.
Yuval Roth, de una organización de ayuda a palestinos

El nervio motor de este proyecto es Yuval Roth, para quien esta iniciativa singular de ayuda es un aporte al entendiimiento ...y una cuestión personal.

Es que hace 15 años, Yuval perdió a uno de sus hermanos, Udi, que durante su servicio de reserva militar fue secuestrado por hombres armados de Hamas que se hicieron pasar por judíos, ofrecieron llevarle en su automóvil y poco después lo asesinaron.

“Cuando Udi murió, mi dolor era tan grande que me sentía paralizado. Pero jamás pensé en venganza ni nada similar, dado que tenía claro que la única forma de terminar con esas desgracias es hablar, acercarse”, cuenta Yuval a la BBC.

“Sin embargo, en ese momento no tenía fuerzas para activar en pro del diálogo, aunque siempre tuve ideas de izquierda. El atentado fue demasiado para mi”.

Encontrar fuerzas

Una mujer palestina y un ciudadano israelí
Muchas familias palestinas no tienen ni siquiera el dinero para pagar el transporte al hospital.

Le llevó unos años hallar las fuerzas necesarias para sumarse al “Círculo de Padres”, un marco que agrupa a israelíes y palestinos que perdieron seres queridos en el marco del conflicto, con el mensaje de que la reconciliación es la única forma de salir adelante.

“Allí, comprendí paulatinamente que con palabras en favor de la paz y el entendimiento, no bastaba”, recuerda Yuval con una sonrisa de satisfacción".

"Y llegó la oportunidad de hacer algo que traduzca esas palabras en hechos, cuando un amigo palestino del Circulo de Padres me pidió que lleve a un familiar al hospital en Israel. Y desde entonces, no paramos”.

Claro está que Yuval solo no podría realizar todos los viajes. Por eso está Jamila-Yafit, que no cesa de trabajar y Avi Shteinberg, que siente que hace algo significativo cuando trae al hospital Rambam de Haifa a Sair Kabaha con dos de sus hijos, para tratamientos nada sencillos.

“Siento que mi familia está cuidada y doy gracias al cielo y a esta gente por lo que hacen”, nos dice Ahmed, el esposo de Sair, en un intervalo en su trabajo en una fábrica israelí.

Y está Amatzia Dayan, quien sostiene que no participa en ésto por política sino por consideraciones humanitarias. Está feliz de poder ayudar a la pequeña Aya Abu Muies, quien sale a las 5 de la mañana de su aldea aledaña a Jenin, acompañada de su madre, Soher.

Aya, de tan solo dos años de edad, estuvo al borde de la muerte por seria insuficiencia renal, pero en el Rambam han logrado estabilizarla con diálisis cinco días a la semana. Después de un largo viaje, antes de las 8 de la mañana, ya llegan al hospital.

“Aquí me siento protegida, siento que les importa la vida de mi hija”, dice Soher a la BBC, con los ojos llenos de lágrimas. “La atienden con dedicación a pesar de que el pago de la Autoridad Palestina expiró hace tiempo. Y sé que al salir, están estos amigos esperándome para devolverme a casa”.
http://www.bbc.co.uk/mundo/internacional/2009/12/091223_israel_haifa_mes.shtml 

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