Madrid, 27 dic (EFE).- Los daños que ocasiona en el cerebro el
consumo de cannabis son reversibles a medio plazo, según concluye un
estudio realizado en el Centro de Investigación Biomédica en Red de
Salud Mental del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria.
El estudio,
realizado en colaboración con la Fundación Vasca de Innovación e
Investigación Sanitarias (BIOEF), ha sido publicado el pasado mes de
noviembre en la revista científica "Schizophrenia Bulletin", la más
prestigiosa sobre esquizofrenia de cuantas se editan en el mundo.
La
doctora Ana González-Pinto ha dirigido al equipo de investigadores que
durante ocho años ha estudiado en el citado centro hospitalario las
consecuencias que tiene el consumo de cannabis en el cerebro de jóvenes
que desarrollan procesos psicóticos.
Según las conclusiones de la
investigación, los jóvenes que logran abandonar el consumo de dicha
sustancia y que han desarrollado psicosis "mejoran a largo plazo, no a
corto", mientras que si continúan fumando cannabis "tienen una evolución
maligna".
"Esto es importante -concluye la investigación, a la
que tuvo acceso Efe- porque estudios previos habían sido muy pesimistas
con el cannabis, considerando que se producía un daño irreversible en el
cerebro".
La investigación llevada a cabo en el Hospital Santiago
Apóstol de Vitoria apoya "la teoría del daño", pero matiza "que es
recuperable a medio plazo", entre cinco y ocho años.
El propósito
inicial del trabajo era comparar la evolución funcional y sintomática de
los pacientes en función de su consumo de cannabis, partiendo de la
hipótesis de que aquellos que lo fuman de forma continuada "tendrían
peor evolución que los que dejaban" de hacerlo. "Estos últimos tendrían,
según la hipótesis, evoluciones similares a las de los pacientes que
nunca consumieron".
La muestra para el estudio incluyó a un grupo
de pacientes con primeros episodios psicóticos ingresados en el Hospital
Santiago de Vitoria, único de referencia para ingreso de este tipo de
enfermos para un área de 300.000 habitantes.
Los pacientes fueron
evaluados con diversos instrumentos para medir síntomas psicóticos,
afectivos y funcionales, así como para evaluar de forma exhaustiva el
consumo de drogas y alcohol.
Las evaluaciones se hicieron de forma
periódica: al ingresar en el centro, al año, a los tres y medio y a los
ocho años. Todos ellos fueron tratados de acuerdo a las guías clínicas,
generalmente con antipsicóticos atípicos.
Los resultados de las
investigaciones mostraron que los pacientes "que dejan el consumo de
cannabis consiguen una mejor evolución funcional, mientras que los que
continúan son los peor adaptados a los ocho años de seguimiento".
"Es
interesante mencionar -destacan los autores de la investigación- que la
mejoría evolutiva se consigue a largo plazo, pero no a corto (un año).
Es posible que por ello los pacientes que intentan dejar el cannabis
recaigan, al no sentir un beneficio inmediato con el abandono de la
droga".
En la introducción del trabajo publicado en "Schizophrenia
Bulletin" se ponen de relieve "los altos consumos de drogas en España,
la vulnerabilidad de los pacientes psiquiátricos hacia el consumo de
sustancias, y el efecto que el cannabis tiene en la reducción de la edad
de inicio de las psicosis".
El estudio es taxativo al afirmar que
"el consumo continuado de cannabis es aún peor para la salud mental de
los pacientes psicóticos de lo que se pensaba".
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