Redacción
Equipos de emergencia intentan
desesperadamente evitar que el lodo tóxico vertido desde una fábrica en
Hungría llegue al río Danubio, una de las vías fluviales más importantes
de Europa.
El impacto ecológico puede ser muy
amplio y tardar mucho tiempo en neutralizarse, porque los metales
pesados y la soda cáustica forman un mezcla tóxica muy peligrosa
Katerina Ventusova, Greenpeace
Cerca de 600 mil metros cúbicos de desechos se
derramaron el lunes al romperse una reserva de contención en una fábrica
de alúmina, un derivado del aluminio, en el oeste del país. El fango ya
arrasó varios poblados, causando al menos cuatro muertos, y ha
ingresado a varios afluentes del Danubio.
A medida que avanzan, los desechos dispersan un
cóctel altamente tóxico. El lodo –de color rojo debido a la presencia de
dióxido de hierro- contiene una mezcla de metales pesados, como plomo,
además de grandes cantidades de soda cáustica, una sustancia utilizada
para extraer el aluminio.
"El impacto ecológico puede ser muy amplio y
tardar mucho tiempo en neutralizarse, porque los metales pesados y la
soda cáustica forman un mezcla tóxica muy peligrosa", dijo a Reuters
Katerina Ventusova, de Greenpeace.
La soda hace que el fango sea extremadamente
alcalino. "Esto significa que causa quemaduras al contacto con la piel y
si es ingerido puede ser mortal", explica Julian Siddle, de la Unidad
de Ciencia de la BBC.
Para aminorar el impacto destructivo del lodo en
el río Danubio, se está vertiendo yeso en uno de sus afluentes, el río
Marcal. El yeso reacciona con la soda cáustica disminuyendo su
alcalinidad.
Metales pesados
El lodo tóxico ya ha arrasado varias poblaciones.
"Nuestra esperanza es que cuando llegue al
Danubio haya bajado el PH del lodo, o sea, haya disminuido su
alcalinidad, y se haya diluido, pero la mortandad inmediata de peces
puede ser terrible" , dijo a BBC Mundo Eva Hernández, experta en aguas
continentales de la división española de WWF, el Fondo Mundial para la
Naturaleza.
Además de sus consecuencias inmediatas, el impacto de los metales pesados puede ser duradero.
"El efecto de los metales que se vayan
acumulando puede ser muy difícil de eliminar, porque los metales pesados
son muy longevos", asegura Hernández.
Nuestra esperanza es que cuando llegue al Danubio hay disminuido la alcalinidad del lodo y se haya diluido.
Eva Hernández, Fondo Mundial para la Naturaleza
La Unidad de Desastres Naturales de Hungría
señala en su sitio en Internet que el lodo, además de contener metales
como plomo o titanio, es "ligeramente radioactivo".
De llegar al Danubio, el lodo tóxico podría
afectar profundamente a un río con características únicas. El Danubio
fluye a lo largo de más de 2.800 kilómetros desde el centro al este de
Europa y atraviesa diez países. Es considerado el río más internacional
del mundo y en sus tierras aledañas viven más de ochenta millones de
personas, según el Fondo Mundial para la Naturaleza.
"Imposible de estimar"
EL gobierno húngaro declaró el estado de emergencia y anunció que las operaciones de limpieza puden tardar al menos un año.
El gobierno húngaro declaró el estado de emergencia.
Pero el impacto ecológico puede ser mucho más
prolongado. El Fondo Mundial para la Naturaleza cita como ejemplo el
vertido de aguas ácidas y residuos de una mina de pirita en Aznalcóllar,
en la provincia de Sevilla, en España, en 1998.
"En este caso, aparte de remover la capa de
lodos espesos, hubo que quitar toda la capa superior del suelo", dijo a
BBC Mundo Eva Hernández.
"Era una zona de huertas y los cultivos de esa zona todavía hoy no se pueden consumir, aunque han pasado doce años", agregó.
El daño ecológico es actualmente imposible de estimar
Fondo Mundial para la Naturaleza, Hungría
Por ahora, además de los esfuerzos para bajar la
alcalinidad del lodo, el gobierno sigue recomendando a la población
"limpiar el fango con agua, para neutralizar su efecto".
El Fondo Mundial para la Naturaleza emitió un
comunicado este miércoles en Hungría señalando que "el lodo que
desciende por los ríos tiene dos metros de espesor. En algunas casas el
lodo está a la altura de la cintura y la gente intenta sacarlo con
palas, protegiéndose con máscaras y guantes, pero el fango es muy
irritante para la respiración. En cuanto al daño ecológico, es
actualmente imposible de estimar".