"A este paso vamos a pasar la
Navidad en Barajas", se lamenta el peruano Oscar Vento, uno de los
afectados por el repentino cierre de la aerolínea española AirComet.
Ya ha pasado una noche enroscado en las sillas
del aeropuerto madrileño mientras espera una solución. En su equipaje de
mano lleva turrones y chocolates que se derriten.
Cientos de personas se agolpan frente a las
oficinas de AirComet exigiendo que les lleven a sus destinos.
"Queremos volar", "Queremos ir a nuestras
casas", son las frases que más se escuchan entre gestos de rabia y
desesperación.
Si usted o un familiar
se ha visto afectado lo invitamos a enviar su comentario utilizando clic
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Viajeros latinoamericanos
La aerolínea es una de las más utilizadas por
los latinoamericanos que viven en España por sus tarifas y sus destinos.
"Es increíble lo que últimamente sucede con las
compañías aéreas. Tienes que contar con que va a suceder algo: una
huelga, una nevada o esto. Aquí no nos aclaran nada pero sabemos que el
cierre ha sido por falta de dinero.
Me parece extraño siempre he volado con AirComet
y los aviones están a reventar, repletos. Cuando llegabas al aeropuerto
la fila más larga para facturar siempre era la de ellos", agrega Vento
taciturno.
El vuelo Madrid-Lima ha sido el primero de los
afectados pero luego se han ido sumando el de Guayaquil, La Habana y
Bogotá. Al menos 1,500 personas han sido afectadas. "AirComet es la
compañía que suele tener las tarifas más bajas pero ya conocemos el
dicho: lo barato sale caro", comenta el argentino Daniel Lepore que
pensaba viajar el 25 de diciembre a Bogotá con su novia colombiana.
La pareja se ha acercado a Barajas para
confirmar que su vuelo aún no tiene fecha de salida. "Compramos el
billete desde el verano, a crédito porque las cosas no andan bien por
acá. Todo este tiempo haciéndonos ilusiones y ahora nos salen con que no
saben si volamos o no", agrega Ana Milena Montoya.
Su novio subraya: "Los afectados siempre somos
los pasajeros. Lo que no entiendo es cómo de un día para otro cierran
una compañía porque tiene problemas y los pasajeros no sepamos nada de
esos problemas.
Debería existir una lista de aerolíneas con
problemas para que los usuarios podamos elegir".
En ese vuelo también pensaba subirse la bogotana
Sandra Forero. "Ha sido como un baldado de agua fría. Teníamos todo
organizado para pasar con mi esposo la Navidad en Bogotá. Ahora no
sabemos qué hacer.
La impotencia es enorme, es como si te negaran ver a
tus familiares. Aquí no nos resuelven nada y en Bogotá nadie contesta en
el teléfono de AirComet", agrega la afectada.
Sin vuelo y sin lotería
El peruano Oscar Vento está acompañado de su
hijo de ocho años.
"También ha dormido en una silla. No hemos
tenido ninguna atención por parte de la aerolínea, ni comida ni
información que sería lo mínimo.
Me ha tocado abrir los regalos y empezar a
comérmelos", señala el afectado. Sus billetes de avión, el suyo y el de
su hijo, suman casi US$2.500. "Dicen que son baratos pero luego no es
así. Se aprovechan en estas fechas", agrega el hombre.
Del otro lado del océano les esperaba su esposa.
"Primero te da rabia, impotencia pero ahora lo que dan ganas es de
llorar. Es como si te robaran", subraya Vento. Su hijo le ha insinuado
si Papá Noel le llevará el regalo del 24 de diciembre al aeropuerto.
En el caso del argentino Daniel, la suerte
además le ha sido esquiva.
Lleva ocho años en España, acaba de regresar de
Navarra donde ha estado trabajando durante seis meses en un
supermercado. "He regresado a Madrid porque el contrato era temporal. Es
una pena lo que está pasando en España: condiciones de trabajos
difíciles, huelgas… A mí me recuerda los problemas que hemos padecido en
Latinoamérica", detalla.
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