Un arzobispo de la Iglesia
Anglicana nacido en Uganda criticó un proyecto de ley que discutirá el
parlamento de ese país según el cual se aplicaría en algunos casos la
pena de muerte a homosexuales, y dijo que la actual legislación ugandesa
"ya hace lo mismo" que sugiere la controvertida propuesta.
John Sentamu, arzobispo de York, en el Reino
Unido, declaró a la BBC que las personas gay "son valoradas por Dios y
merecen el mejor trabajo pastoral y amistad".
Según el prelado, el proyecto de ley "victimiza"
y "reduce" como individuos a los homosexuales.
"La gente puede tener muy claras ideas
tradicionales de la sexualidad. Pero como comunión tenemos el compromiso
de escuchar las experiencias de las personas homosexuales", manifestó.
Sentamu hizo la aclaración de que el proyecto de
ley, que está sometido en la actualidad a un comité parlamentario, no
es propuesta del gobierno sino que es de carácter "privado", a
iniciativa del legislador David Bahati, del gobernante Movimiento
Nacional de Resistencia.
No obstante, el arzobispo declaró que "la gente
no ha comprendido que en estos momentos la ley en Uganda, sin que se
apruebe ese proyecto, hace exactamente lo mismo" que la iniciativa
propone.
Primer hombre de origen africano que se
convierte en arzobispo en la historia del Reino Unido, Sentamu apoya al
sector de la iglesia que se opone a la ordenación de sacerdotes gays y a
autorizar los matrimonios eclesiásticos entre homosexuales.
"Con agravantes"
El proyecto de ley ha provocado
una ola de críticasde activistas de grupos de derechos humanos, e
incluso países como Suecia han amenazado con cortar la asistencia a
Uganda si llega a aprobarse.
La propuesta incluye severos castigos que pueden
llegar hasta la pena de muerte en el caso de "homosexualidad con
agravante" como se denomina a la practicada con un menor de edad o un
minusválido, o con intención de transmitir el virus del SIDA.
Por "hacer apología" de la homosexualidad o no
denunciar actos homosexuales también se puede ir a prisión o ser
sancionado con multas.
Para el parlamentario Bahati, "la homosexualidad
no es de nacimiento; es una conducta aprendida. Por eso animanos a las
iglesias y las mezquitas que continúen la rehabilitación y aconsejen a
esa gente".
Bahati enfatizó en que "aquí no reconocemos la
homosexualidad como un derecho".
En declaraciones a la BBC, Julian Pepe,
activista de los derechos homosexuales, manifestó: "Incluso mis amigos
que no son gays tienen miedo porque creen que si la ley se aprueba serán
reprimidos".
Pepe añadió: "Tengo miedo. Me siento en peligro.
Miro constantemente sobre el hombro"
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