“El frío cubano se mantienen en
niveles típicos de esta época”, dice el director del Instituto de
Meteorología, José Rubiera, e insiste en que “no hay que alarmarse”,
pero nadie en Cuba le hace demasiado caso porque el aire helado se
cuela por todos lados.
La temperatura mínima está entre
los 7 y 12 grados Celsius pero la sensación térmica es mucho más baja
dado el alto nivel de humedad que hay en la isla, la lluvia que
acompaña la ola de frío y la permanencia en el tiempo de las
condiciones invernales.
Desoyendo los llamados a la calma
de Rubiera, los cubanos han sacado las mantas y los abrigos del
escaparate. No pocos visten incluso gorros de lana y guantes, toda una
curiosidad dado que son prendas que normalmente no se venden en el
país.
Es posible que las condiciones no
sean tan extremas como en otras latitudes pero el hecho de ser un país
tropical hace que las personas sufran mucho más el rigor del frío por
la falta de costumbre y
por la escasez de
condiciones materiales para combatirlo.
El aire se cuela
“No estamos acostumbrados a
temperaturas tan bajas, es que hace bastantes años que no hacía esta
frialdad”, dice Yamir Delgado, subdirector de una escuela primaria,
quien se tapa la cabeza y las orejas con un gorro de lana de Nueva
York.
“Para bañarme tengo que calentar
un cubo de agua, sino no hay quien lo aguante”, agrega Delgado. El
problema es que en la mayoría de las casas no hay agua caliente, con
los más de 30 grados centígrados casi todo el año, esta no es una
prioridad para los cubanos.
“Tenemos nuestros abrigos y
nuestra colcha pero en los pies es donde más lo sufrimos”, nos explica
la también profesora Marta Valdés. El artesano Carlos Cruz dijo a BBC
Mundo que “donde más se siente el frío es en la calle”, por eso viste
guantes y capucha.
Sin embargo, las casas tampoco
están bien acondicionadas, ninguna tiene calefacción ni estufa, muchas
ventanas y puertas dejan pasar las ráfagas de aire y las mantas que
usan para dormir son livianas, muy poco adecuadas para estas
temperaturas.
Turismo de sol y playa
En general los turistas que se ven
en las calles van muy mal preparados para el frío. Algunos llevan un
abrigo liviano, un pantalón corto y sandalias sin medias. Parece lo más
lógico para quien va de viaje a Cuba, un país tropical en el que “todo
el año brilla el sol”.
Curiosamente nos encontramos un
grupo de españoles vestidos todos con ropa de invierno. “Vinimos bien
abrigados porque fuimos a escalar el Pico Turquino (Sierra Maestra) y
gracias a eso no hemos notado el frío”, nos dice José Carlos Gimeno.
De todas formas la mayoría de los
turistas que eligieron Cuba buscando un destino de sol y playa tendrán
que regresar en otra ocasión o contentarse con ver el espectáculo de
las olas convirtiéndose en espuma contra el muro del malecón.
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