Copenhague, 13 de
diciembre .- La participación y decisiones de Estados Unidos y China en
la Conferencias de Naciones Unidas sobre Cambio Climático esta semana,
serán claves para tratar de llegar al acuerdo que se quiere aprobar aquí
en la lucha contra el fenómeno.
Tras la primera de las dos semanas de
Conferencia, del 7 al 18 de diciembre en la capital danesa, las
delegaciones se alistan para a partir de este lunes acelerar las
negociaciones y tomar decisiones a nivel ministerial y de Jefes de
Estado y de Gobierno.
La Conferencia, a la que asisten unas 15
mil personas de 192 países, busca llegar a un nuevo acuerdo que permita
la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que generan el
calentamiento de la tierra.
Los objetivos a alcanzar son la reducción
de emisiones entre un 25 a 40 por ciento en los países industrializados,
recortes en países de desarrollo, el financiamiento y la transferencia
tecnológica para adaptación y mitigación en naciones en desarrollo.
Asimismo, se quiere acordar un nuevo
instrumento legal vinculante para la lucha a largo plazo contra el
cambio climático, una vez que en diciembre de 2012 venza el primer
periodo de implementación del Protocolo de Kyoto.
Tanto la presidenta de la Conferencia, la
ministra danesa de Medio Ambiente Connie Hedegaard, como los
negociadores de la Unión Europea (UE), han reconocido que lo que hagan o
dejen de hacer Estados Unidos y China en este proceso será un factor
clave.
A diferencia de otros escenarios
multilaterales, en el de cambio climático se hace cada vez más evidente
el peso de lo que algunos llaman el G-2 conformado por ambos países, que
conforme avanza el proceso se ven más obligados a entenderse y liderar
su desarrollo.
Estados Unidos, que no forma parte del
Protocolo de Kyoto, pero sí de la Convención de Naciones Unidas sobre
Cambio Climático y participó del Plan de Acción de Bali, es el referente
de los países industrializados en este proceso en el marco de Naciones
Unidas.
China, por su parte, participa de todos
estos instrumentos como un país en vías de desarrollo, y según esos
acuerdos le corresponde ubicarse en ese grupo de naciones que deben
recibir dinero de los países industrializados para adaptación y
mitigación al cambio climático.
En esta circunstancia, Estados Unidos no
tiene obligación de asumir sus compromisos como lo precisa el Protocolo
de Kyoto, aunque sí un deber moral de responder tanto en recorte de
emisiones como en aportar financiamiento, por su histórica
responsabilidad en desarrollarse con altas emisiones.
A pesar de ello, Estados Unidos se
mantiene como el referente para los países industrializados, quienes en
este proceso esperan la palabra final del presidente Barack Obama para
definir sus alcances en sus compromisos en la lucha global contra el
cambio climático.
Mientras, China encabeza el Grupo en el
que se le suman 77 países en vías de desarrollo, uno de los más fuertes
en este proceso y que además reúne economías emergentes, y cuyas
decisiones influencian a otras partes de la negociación.
Según organismos internacionales y las
Naciones Unidas, China y Estados Unidos son los dos países que más
emisiones de gases de efecto invernadero emiten, siendo el país asiático
el que ya supera a la potencia americana por muy escaso margen.
El nivel de China como emisor es uno de
los principales argumentos para países desarrollados, incluido Estados
Unidos, para exigirle al gobierno del país asiático asuma un nivel
superior que lo precisa el Protocolo de Kioto para las naciones en vías
de desarrollo.
Todo ello, hace que muchas delegaciones se
pregunten quién debe pagar la lucha global contra el cambio climático,
toda vez que desde 1997 cuando el Protocolo de Kioto hizo las
distinciones entre ricos y pobres, al día de hoy, las cosas son muy
diferentes.
Por ello, en la Conferencia de Copenhague
hay algunas voces de países desarrollados que piden que las economías
emergentes, principalmente China, pero también India, Brasil, México,
Indonesia y Sudáfrica, asuman un mayor compromiso debido a sus altas
emisiones.
En los pasillos de la Conferencia se ha
escuchado en ocasiones a delegados de países industrializados
preguntarse: "Si China financia el déficit a Estados Unidos, ¿cómo es
que Estados Unidos tiene que financiar en cambio climático a China?".
No obstante, China y una gran parte de
países en desarrollo exigen que a pesar de ello haya un compromiso de
los países industrializados en saldar la deuda por su crecimiento
económico con un alto nivel de emisiones contaminantes.
Incluso, algunos países en vías de
desarrollo y de las naciones menos desarrolladas insisten más en ello al
ver que China podría en su momento actuar como más como "gigante"
económico tratando de resguardar sus intereses y equilibrar sus
relaciones con otras potencias.
De cara al inicio de la segunda semana de
Conferencia de Copenhague, la ministra danesa consideró como un signo
positivo para la negociación que Estados Unidos y China sostengan
conversaciones informales para tratar de contribuir con sus decisiones a
impulsar al proceso.
El comisario europeo de Medio Ambiente,
Stavros Dimas, dijo que Estados Unidos al no ser parte del Protocolo de
Kioto no asume las obligaciones al mismo nivel que la Unión Europea,
mientras que China que sí es parte del Tratado no tiene obligaciones por
ser país en vías de desarrollo.
Recalcó que esa circunstancia se debe
revisar en las negociaciones, ya que "se trata de los dos países más
contaminantes del mundo". (Con información de Notimex/JOT)
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