Lima, 14 nov (PL) La captura de un espía de la fuerza aérea al servicio
de Chile, que hizo estallar la peor crisis de las relaciones con ese
país en tres décadas, resalta nítidamente en la semana noticiosa
peruana.
El caso del sub oficial Víctor Ariza conmocionó al gobierno y la prensa y abrió una serie de interrogantes sobre los alcances de la penetración del espionaje chileno y sobre la magnitud de la información entregada al vecino país.
Para la prensa y los analistas, se trata sin duda de la mayor crisis bilateral desde que en 1979 otro sub oficial de la fuerza aérea fue fusilado por espiar para Chile y el embajador del país austral fue declarado persona no grata.
Las primeras reacciones oficiales peruanas tardaron casi 24 horas desde que la noticia se filtró el jueves a diversos medios.
El canciller, José García Belaunde, confirmó el viernes lo que llamó "trágico, lamentable y repudiable caso de espionaje", al que consideró además ofensivo e inamistoso, a tiempo de demandar al gobierno vecino que lo investigue y sancione a quienes ordenaron espiar a Perú.
Al mismo tiempo, el presidente Alan García canceló una reunión que tenía pactada para mañana con su homóloga chilena Michelle Bachelet en Singapur, donde ambos participan en una Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
Además, quedó sin efecto el viaje a Chile, la próxima semana, de la ministra de la Producción, Mercedes Araóz, quien tenía programada una audiencia con la presidente Michelle Bachelet para exponer un proyecto de García, de un pacto anti-armamentista sudamericano.
Mientras en Santiago era oficialmente negado el espionaje, en Lima un juez incluyó a Daniel Márquez Torrealba y Víctor Vergara Rojas, señalados como los militares chilenos que pagaban al doble agente por sus servicios, en un juicio abierto contra Ariza.
Los profusos trascendidos de fuentes militares divulgados en las últimas 48 horas coinciden en señalar que el espía habría proporcionado a Chile información sobre los planes de repotenciamiento y adquisicones de la fuerza aérea hasta el año 2021.
También claves de comunicaciones encriptadas de la Embajada de Perú en Chile, nóminas de agentes peruanos de inteligencia, fotografías de instalaciones de la fuerza aérea y otra información, aunque la magnitud del daño aún está por verificarse, según diversas fuentes.
Otra interrogante está referida a la magnitud de la red de colaboradores de Ariza. En el juicio abierto ayer están incluidos solamente los dos militares chilenos y otro sub oficial d la fuerza aérea no identificado.
La prensa reporta que está implicada una sub oficial de policía ligada sentimentalmente al doble agente y los medios coinciden en que la red puede ser más vasta.
El diario La República, usualmente bien informado de temas militares, cita fuentes castrenses no identificadas según las cuales falta capturar a los cómplices que podrían estar también en el ejército y, según el ex general de inteligencia Daniel Mora, pueden ser decenas.
El caso del sub oficial Víctor Ariza conmocionó al gobierno y la prensa y abrió una serie de interrogantes sobre los alcances de la penetración del espionaje chileno y sobre la magnitud de la información entregada al vecino país.
Para la prensa y los analistas, se trata sin duda de la mayor crisis bilateral desde que en 1979 otro sub oficial de la fuerza aérea fue fusilado por espiar para Chile y el embajador del país austral fue declarado persona no grata.
Las primeras reacciones oficiales peruanas tardaron casi 24 horas desde que la noticia se filtró el jueves a diversos medios.
El canciller, José García Belaunde, confirmó el viernes lo que llamó "trágico, lamentable y repudiable caso de espionaje", al que consideró además ofensivo e inamistoso, a tiempo de demandar al gobierno vecino que lo investigue y sancione a quienes ordenaron espiar a Perú.
Al mismo tiempo, el presidente Alan García canceló una reunión que tenía pactada para mañana con su homóloga chilena Michelle Bachelet en Singapur, donde ambos participan en una Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
Además, quedó sin efecto el viaje a Chile, la próxima semana, de la ministra de la Producción, Mercedes Araóz, quien tenía programada una audiencia con la presidente Michelle Bachelet para exponer un proyecto de García, de un pacto anti-armamentista sudamericano.
Mientras en Santiago era oficialmente negado el espionaje, en Lima un juez incluyó a Daniel Márquez Torrealba y Víctor Vergara Rojas, señalados como los militares chilenos que pagaban al doble agente por sus servicios, en un juicio abierto contra Ariza.
Los profusos trascendidos de fuentes militares divulgados en las últimas 48 horas coinciden en señalar que el espía habría proporcionado a Chile información sobre los planes de repotenciamiento y adquisicones de la fuerza aérea hasta el año 2021.
También claves de comunicaciones encriptadas de la Embajada de Perú en Chile, nóminas de agentes peruanos de inteligencia, fotografías de instalaciones de la fuerza aérea y otra información, aunque la magnitud del daño aún está por verificarse, según diversas fuentes.
Otra interrogante está referida a la magnitud de la red de colaboradores de Ariza. En el juicio abierto ayer están incluidos solamente los dos militares chilenos y otro sub oficial d la fuerza aérea no identificado.
La prensa reporta que está implicada una sub oficial de policía ligada sentimentalmente al doble agente y los medios coinciden en que la red puede ser más vasta.
El diario La República, usualmente bien informado de temas militares, cita fuentes castrenses no identificadas según las cuales falta capturar a los cómplices que podrían estar también en el ejército y, según el ex general de inteligencia Daniel Mora, pueden ser decenas.
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