20 octubre 2009

¿Sin un líder claro en África?

Redacción
BBC Mundo
Aunque pidió no apurar conclusiones, dijo que la gente podía imaginar por qué no hay premiados.

El magnate sudanés Mo Ibrahim resolvió no otorgar este año el premio al mejor gobernante subsahariano, una distinción que cada año distingue con US$5 millones a un líder regional.

Ibrahim no dio explicación alguna de su decisión, pero indicó que desde que pensó por primera vez en este premio, manejaba la posibilidad de que hubiera años en que no se designara un ganador.

Ya en su tercer año consecutivo, el Mo Ibrahim se entrega a un mandatario elegido democráticamente en el África subsahariana, que haya gobernado durante su período y luego haya dejado el puesto vacante para su sucesor.

El presidente sudafricano Thabo Mbeki y el ghanés John Kufuor eran los favoritos para hacerse con el premio de 2009.

El Mo Ibrahim está dotado de US$5 millones que se entregan en un espacio de 10 años, y luego una pensión vitalicia de US$200.000 anuales.

El magnate de las telecomunicaciones que dio su nombre al premio dijo este lunes en conferencia de prensa que la gente puede sacar sus propias conclusiones sobre por qué no se entregó el premio este año, pero aclaró que en ningún momento debe interpretarse como una falta de respeto a los favoritos.

Más golpes

El especialista en África de la BBC, Martin Plaut, dice que Mo Ibrahim creó la fundación que entrega el premio porque las democracias en África no suelen estar bien enraizadas.

Ibrahim sostiene que el premio es necesario porque muchos líderes africanos provienen de contextos socioeconómicos desfavorecidos y sienten la tentación de perpetuarse en el poder por miedo a que les espere un futuro en la pobreza al soltar el timón.

Pero el analista señala que hay poca evidencia de que el premio esté surtiendo efecto.

Tanto Uganda, como Chad y Camerún han modificado sus constituciones para que sus gobernantes puedan ser reelectos.

Han habido golpes de Estado en Guinea, Mauritania y Madagascar, y varias elecciones han sido criticadas por los observadores internacionales.

Pero eso no es todo: los países más alabados por la fundación de Mo Ibrahim, Mauricio, Cabo Verde y las Islas Seychelles quedan lejos de los verdaderos centros de poder regionales.

El ex presidente de Botswana, Festus Mogae, se hizo con el galardón el año pasado. El premio del primer año fue entregado a su homólogo de Mozambique, Joaquim Chissano, quien se ha dedicado a colaborar en varios procesos de paz desde que dejó el cargo.

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