Windows 7 nace con nuevas características que lo adaptan a los tiempos y evitan muchos de los errores del pasado
Si quiere comprarse un ordenador con el sistema operativo de Microsoft, sepa que el próximo jueves se lo llevará con el Windows 7, el nuevo producto estrella de la multinacional de Redmond (California). Dentro de cuatro días, el denostado Windows Vista pasará a ser historia. No tuvo éxito entre los usuarios, hasta el punto de que muchos lo desinstalaban al comprarse un ordenador y lo cambiaban por el veterano XP –con ocho años de antigüedad–, y, lo que es peor, tampoco tuvo una gran entrada en las empresas, una situación que Microsoft se propone cambiar ahora.
Windows 7 nace con nuevas características que lo adaptan a los tiempos y evitan muchos de los errores del pasado. Es más sólido, más seguro y más intuitivo que su predecesor e intenta evitar que sus usuarios pierdan el tiempo en tareas rutinarias. Y lo hace, para empezar, desde el arranque, mucho más rápido.
Las características primarias básicas de Windows 7 son tres: una interfaz de usuario más agradable que la de su antecesor, en la que la barra inferior de tareas ha sido diseñada para facilitar y simplificar el trabajo; un sistema que permite crear redes domésticas inalámbricas e interactuar entre varios ordenadores –por ejemplo, reproducir una canción de uno en otro–. y tecnología multitouch para pantallas táctiles, lo que permite hacer más sencillas las operaciones en ordenadores de tipo tablet.
Microsoft va a poner a la venta hasta seis ediciones distintas de Windows 7 a las que habría que añadir una más, en fase de desarrollo, para netbooks.
Para vencer la posible resistencia al cambio de las empresas que utilizan software que funciona de forma fiable en Windows XP, las versiones más avanzadas de Windows 7 (Ultimate y Enterprise) tendrán un "modo XP". A las dos anteriores les sigue la versión Profesional, la más completa para usuarios que no trabajan en entornos corporativos.
La versión más común será la Home Premium, que incluye tres de las novedades de Windows 7, Media Center, creación de redes domésticas y entorno gráfico Aero. Le seguirán ediciones más disminuidas de prestaciones llamadas Starter y Home Basic.
Los precios serán también diferentes. La Home Premium costará 199 euros (129 euros si se actualiza desde Vista). La versión Profesional costará 309 euros (285 euros la actualización), y la Ultimate, 319 euros (299 euros si es actualización de Vista).
Según un estudio de la consultora IDC, para finales del 2010 se habrán vendido en el mundo unos 177 millones de copias de Windows 7, de los que una buena parte, unos 50 millones, corresponderá a países de la Unión Europea. Con esos datos, Microsoft asegura que su nuevo sistema va a ser un factor de estímulo de la industria tecnológica en la fase de salida de la crisis económica.
Si Microsoft cumple las previsiones anunciadas a la Comisión Europea el pasado 7 de octubre, en los países comunitarios todas las versiones de Windows 7 se abrirán por primera vez con una ventana en la que los usuarios podrán elegir qué navegador o navegadores instalar en el sistema. Si esta solución funciona y es creíble, terminará con los problemas de abuso de posición dominante que han hecho que la compañía fuera multada de forma severa.
A Windows 7 le tocará lidiar con la competencia de un gigante que busca una parte del pastel entre los netbooks –los pequeños ordenadores portátiles con conexión a internet–. Google anunció la pasada primavera que está trabajando en un sistema operativo llamado Chrome, como su navegador, del que se sabe poco más que que tiene un núcleo de Linux y que será distribuido de forma gratuita. Pero esa batalla quién sabe si le tocará lidiarla a Windows 8, ya en una temprana fase de desarrollo.
Según los analistas, la verdadera guerra entre los gigantes de la tecnología, como Microsoft, Google o Apple, se va a desarrollar en el campo de los servicios on line, el llamado cloud computing. Los sistemas operativos tienden a ser más ligeros porque muchas de las cosas que antes se cargaban en los ordenadores ahora son descargables, o utilizables desde internet, sin necesidad de ocupar disco duro ni memoria del PC. La verdadera batalla que se abre ahora entre los gigantes de la tecnología estará en los servicios on line Windows para todo. El consejero delegado de Microsoft, Steve Ballmer, quiere extender la marca Windows a todos los ámbitos del consumo tecnológico
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