18 octubre 2009

Multitudinaria marcha de la derecha española contra la ley de aborto

RECHAZO A LA INICIATIVA DEL GOBIERNO SOCIALISTA

Una multitudinaria marcha contra el proyecto de ley de aborto libre recorrió ayer el centro de Madrid con lemas a favor de la vida y reclamando la renuncia del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Los asistentes proclamaron que se habían reunido un millón y medio de personas. Con el lema "Por la mujer, la vida y la maternidad. Cada vida importa", la marcha inició el recorrido en la Puerta del Sol y avanzó en la Puerta de Alcalá. La gran figura de la demostración fue el ex presidente del gobierno, José María Aznar, a quien acompañaban algunos ex miembros de su gobierno y un grupo de diputados y senadores. El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, no estuvo presente aunque adhirió a los motivos de la concentración.


Numerosos ómnibus y autos particulares llegaron desde distintos lugares de España para sumarse a la reunión, donde había una importante presencia de familias con chicos, jóvenes, sacerdotes y monjas. Aunque la Iglesia Católica no figura entre las 42 organizaciones convocantes, estimuló la movilización en parroquias y colegios. La demostración fue festiva pero también exaltada y se proclamó contra el jefe del Ejecutivo: "¡Zapatero, dimisión!, "¡Zapatero, fuera!" y frente al Ministerio de Igualdad, que patrocina el proyecto de ley: "¡Asesinos, asesinos!". El recorrido transcurrió con toda normalidad y al final el público se desconcentró coreando lemas como "¡España unida, lucha por la vida!".

Aznar fue ovacionado mientras estrechaba las manos de los manifestantes, que coreaban: "¡Presidente, presidente!". El político señaló que su presencia era un gesto de rechazo a una reforma que "pasa todos los límites" y un proyecto que calificó de "retrógrado". El gobierno y varias organizaciones feministas criticaron el hecho de que durante los 8 años de gobierno de Aznar, cuatro con una mayoría absoluta en el Parlamento que le hubiera permitido derogar la legislación de interrupción del embarazo, no haya tomado jamás una iniciativa reformista ni terminar con la ley. En ese lapso se practicaron más de medio millón de abortos. El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, criticó la "hipocresía y desfachatez" del Partido Popular cuando no derogaron la ley vigente pese a contar con mayoría absoluta en el Parlamento. "A la derecha sólo le preocupa el aborto cuando gobierna la izquierda", señaló.

El anteproyecto de ley presentado por el gobierno socialista convierte la interrupción del embarazo en un derecho de las mujeres a la "maternidad libremente decidida". Es una ley de plazos y, de hecho, consagra el aborto libre en reemplazo de la actual legislación después de 24 años de vigencia y despenaliza completamente el aborto. El punto que más polémicas ha despertado es que la nueva legislación baja de 18 a 16 años la edad por la cual las mujeres pueden abortar, por lo tanto esas menores no necesitarán del consentimiento de sus padres o tutores.

La mujer podrá decidir sin tutela del Estado, los jueces o los médicos y sin necesidad de dar ninguna justificación durante las primeras 14 semanas de embarazo. El límite se extiende hasta la semana 22 si existe un grave riesgo para la vida o salud de la madre. Después de ese límite tiene que autorizar la intervención un consejo médico. Ninguna mujer podrá ser sancionada penalmente por una interrupción voluntaria del embarazo. Si contraviene los plazos que indica la ley se le impondrán multas de acuerdo a la gravedad de la trasgresión. Los médicos que incumplan las disposiciones de la nueva ley podrán ser sancionados con multas e inhabilitación para el ejercicio profesional.

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