Arturo Wallace
Enviado especial a Honduras
Los delegados de Zelaya conminaron a la OEA a pronunciarse de nuevo.
El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, rechazó la noche de este lunes la última propuesta del gobierno interino que preside Roberto Micheletti, en el que bien puede haber sido el último día del denominado "Diálogo de Guaymuras", iniciado el pasado 7 de octubre bajo los auspicios de la Organización de Estados Americanos (OEA).
"No pretendemos declarar roto el diálogo, ni romperlo", declaró Víctor Meza, el jefe de la comisión negociadora de Zelaya. "Pero este se encuentra en un estado de obstrucción y relativo estancamiento", señaló.
En una conferencia de prensa celebrada a las nueve de la noche en el hotel Clarión, Meza calificó de insultante la última propuesta presentada por la comisión negociadora que representa al gobierno de Micheletti.
No pretendemos declarar roto el diálogo, ni romperlo. Pero este se encuentra en un estado de obstrucción y relativo estancamiento
Víctor Meza, negociador de Manuel Zelaya
Según esta propuesta, la decisión final sobre el eventual regreso al poder de Zelaya ya no correspondería ni a la Corte Suprema de Justicia, como originalmente pretendía el gobierno de facto, ni a la Asamblea Nacional, como pretendía Zelaya, sino a la misma comisión negociadora.
Pero, antes de llegar a una decisión, dicha comisión tendría que solicitar sendos informes a ambos poderes del estado y proceder a su revisión y evaluación.
La propuesta no incluía plazos para completar el proceso "porque si algo nos ha hecho avanzar en este diálogo ha sido la apertura de las partes", explicó en su momento Vilma Morales, miembro de la comisión negociadora del presidente interino.
"Hay hechos nuevos, nuevas resoluciones judiciales que hay que considerar antes de tomar una decisión", señaló la negociadora.
Tácticas dilatorias
No hay nada que garantice que los hondureños pronto vayan a encontrar una nueva razón para celebrar.
Para Meza, sin embargo, la propuesta es un ejemplo más de las tácticas dilatorias que, según él, son la marca del gobierno interino.
Y para el representante de Zelaya, aceptar la misma equivalía a aceptar que en Honduras no se había producido un golpe de Estado, lo que calificó de inaceptable.
"El señor Roberto Micheletti no ha demostrado voluntad política y se empeña en ocupar el diálogo como un simple mecanismo de distracción", dijo Meza, al tiempo que anunciaba que no volverían a reunirse con los delegados del gobierno interino mientras estos no pusieran sobre la mesa una propuesta "seria, constructiva y respaldada por una verdadera voluntad política".
Esto vuelve a poner la pelota en la cancha del gobierno de facto, aunque los delegados de Zelaya también conminaron a la OEA a pronunciarse, una vez más, sobre los acontecimientos.
Así las cosas, todo parece indicar que, en esta ocasión, la política no podrá emular al fútbol, como esperaban los más optimistas.
Honduras se clasificó al mundial de Sudáfrica la semana pasada, en la última jornada de las eliminatorias, luego de una victoria por 1-0 sobre El Salvador, pero sobre todo gracias a un gol anotado en tiempo de descuento que le valió a Estados Unidos un empate con Costa Rica.
Y aunque el diálogo también llegó al tiempo extra, en el Clarion no se produjo ninguna anotación de último minuto.
Los políticos ahora deberán jugar un repechaje. Y no hay nada que garantice que, en este caso, los hondureños pronto vayan a encontrar una nueva razón para celebrar.
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