Es el heredero del Vista; resulta más ágil, consume menos memoria y es menos invasivo
Pasado mañana será el lanzamiento global de la nueva encarnación del sistema operativo que usan la mayor parte de las computadoras personales, el Windows 7, o Seven, a secas. Será el heredero del Vista y, para muchas personas, el siguiente sistema después de XP.
Todo indica que Microsoft ha capitalizado las lecciones que le dejó la accidentada vida del Vista. El primer síntoma de un cambio de rumbo se produjo el 5 de mayo, cuando la compañía puso a disposición del público una versión preliminar del 7.
Quienes la instalaron podrán usarla sin restricciones hasta marzo de 2010, cuando comience a reiniciarse cada dos horas, y luego, en junio, dejará de funcionar. A partir de entonces, informó Microsoft a LA NACION, los usuarios deberán adquirir una licencia y reinstalar por completo el sistema para seguir usándolo.
La liberación de una edición preliminar para todo público, impensable quince años atrás, cuando se preparaba el fastuoso lanzamiento de Windows 95, le ahorrará al gigante de Redmond millones de dólares en marketing. Gracias a Internet, a la banda ancha y al rumor, todas fórmulas que Google, las redes sociales y el software libre aprovechan sin cesar, Microsoft ya ha llegado a 8 millones de usuarios antes del lanzamiento.
Lo que es todavía más importante, el 7 se ha ganado en estos meses una muy buena imagen, una que el Vista nunca llegó a disfrutar.
Quizá por eso el lanzamiento de pasado mañana no tendrá la pompa acostumbrada. Con el Vista, Microsoft descubrió que, en el mundo de hoy, gastar 500 millones de dólares en marketing no garantiza el éxito de un producto. Ahora, atendiendo las quejas de los usuarios y explotando el megáfono viral de la Web, ha conseguido más impacto con menos inversión.
Se va la séptima
Un conjunto de factores causó el fracaso del Vista, además de los cinco años que tardó en salir. Aunque la compañía asegura que sus ventas lo consignan como el Windows más popular, esas cifras no indican demasiado cuando el sistema viene preinstalado en cada nueva PC que sale al mercado desde hace dos años y nueve meses.
En la práctica, el público lo sigue resistiendo por su falta de compatibilidad, sus enormes exigencias de hardware y sus irritantes restricciones de seguridad.
Según las pruebas realizadas por LA NACION con la versión preliminar de Windows 7, el sistema responde minuciosamente a casi todas estas quejas, lo que indica que Microsoft es consciente de los problemas del Vista: el Seven arranca muy rápido, y los cambios hechos en el nivel del núcleo del sistema lo hacen también más ágil, consume menos memoria y se ha modificado el Control de Cuentas de Usuario para que sea menos invasivo.
Ha demostrado ser también mucho más compatible que el Vista. No obstante, toda migración a un nuevo sistema operativo causa problemas con viejos programas y dispositivos. Ya pasó en su momento con XP y con Windows 95 y 98.
El suplemento Tecnología publicó un análisis de la versión de prueba de Windows 7 en julio último; la nota está en www.lanacion.com.ar/1151263.
El valor
Microsoft no divulgará el precio de Windows 7 en la Argentina ni las formas de distribución hasta pasado mañana, aunque estos datos ya están disponibles para el mercado norteamericano; por ejemplo, en www.amazon.com . Lo que sí confirmó a LA NACION Pablo Folgueras, director de negocios de productos Windows de Microsoft Argentina, es que en el país no se venderán las actualizaciones del sistema.
Históricamente, fue posible adquirir dos versiones de Windows: la completa, para equipos nuevos, o la actualización, para aquellos que quieren modernizar una PC que esté corriendo, por ejemplo, Windows XP o Vista.
"Desde 2008, Microsoft eliminó la opción de la actualización en mercados emergentes, como la Argentina -explicó Folgueras-. Lo hizo porque las cajas de actualización casi no se vendían: los usuarios locales en general aprovechan el cambio de sistema operativo para comprar un equipo nuevo."
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