Jeremy Bowen
BBC, Oriente Medio
Muchos aliados israelíes se abstuvieron a pesar de las presiones de Netanyahu.
La aprobación del informe sobre lo sucedido en la Franja de Gaza por parte del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, acusando tanto a Israel como a Hamas de haber cometido crímenes de guerra, refleja las fuertes divisiones que todavía existen en Medio Oriente.
Usando sus propias palabras, Israel afirma que no “tomará riesgos para alcanzar la paz si esto puede comprometer su defensa”.
Críticos históricos de Israel han conseguido que se apruebe una resolución que difícilmente cambiará nada sobre el terreno.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien llegó al poder con la esperanza de renovar y vigorizar el proceso de paz, tiene otro recordatorio de cuán difícil va a ser conseguir resultados.
Fuertes presiones
Es particularmente significativo que los aliados de Israel, incluyendo el Reino Unido, se abstuvieron en la votación en Ginebra.
Ello a pesar de las fuertes presiones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Éste habló varias veces en los últimos días con su contraparte británico, Gordon Brown, para pedirle que votara “no”.
Los intercambios fueron descritos como “duros” y Brown al parecer sugirió que Israel debería de crear una comisión independiente para investigar lo ocurrido en Gaza.
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