NACIONES UNIDAS (Reuters) - El Consejo de Seguridad de la ONU
atendió el martes una solicitud de Teherán y condenó un ataque con
bomba del fin semana que dejó cerca de 60 personas muertas en Irán,
seis de ellos comandantes de las Fuerzas Revolucionarias de la
República Islámica.
El comunicado, aprobado de manera unánime, se dio en respuesta a una
carta del embajador de Irán ante la ONU, Mohammad Khazaee, quien exigió
que el consejo de 15 países asumiera una postura respecto al ataque,
que el jefe de las Guardias Revolucionarias dijo fue realizado por un
grupo relacionado con Estados Unidos y el Reino Unido.
"Los miembros del Consejo de Seguridad condenaron en los términos
más duros los letales ataques terroristas que ocurrieron en la ciudad
fronteriza de Pish en Irán el 18 de octubre del 2009", dijo el
comunicado, que fue leído a periodistas por el embajador vietnamita Le
Luong Minh, actual presidente del consejo.
El organismo "destacó la necesidad de llevar a los perpetradores,
organizadores, financistas y patrocinadores de este reprochable acto de
terrorismo a la justicia". Instó a todos los países "a cooperar
activamente con las autoridades iraníes en este sentido".
Irán ha dicho que el grupo insurgente sunita Jundollah (Soldados de
Dios) se atribuyó la responsabilidad por el ataque con bomba del
domingo en la provincia de Sistan-Baluchestan, que el comunicado del
consejo dijo había dejado a 57 personas muertas y a otras 150 heridas.
El comandante en jefe de las Guardias Revolucionarias, Mohammad Ali
Jafari, acusó a Estados Unidos, el Reino Unido y Pakistán de compartir
la responsabilidad por el ataque.
Jafari fue citado por la agencia de noticias iraní ISNA diciendo que
funcionarios de seguridad de su país tienen documentos que indican que
Jundollah tiene "relaciones directas" con organismos de inteligencia de
Estados Unidos, el Reino Unido y Pakistán.
Khazaee no culpó a nadie en la carta que envió al Consejo de
Seguridad, pero dijo "hay indicios de que el grupo goza del apoyo de
algunos países extranjeros".
El Reino Unido y Estados Unidos son miembros permanentes del Consejo
de Seguridad, un organismo de la ONU al que Irán acusa de tomar medidas
ilegales contra la República Islámica para eliminar su programa nuclear.
Londres y Washington habían condenado el ataque anteriormente. Un
portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos rechazó los
reportes sobre la participación de su país en el ataque y dijo que eran
"completamente falsos".
Las actividades atómicas de Irán son un tema regular en la agenda
del Consejo de Seguridad. Las ambiciones nucleares de Teherán también
serán sujeto de negociaciones internacionales esta semana en el
organismo de vigilancia nuclear de la ONU en Viena.
Teherán, que ha sido golpeado por tres rondas de sanciones de la ONU
por rehusarse a suspender las actividades nucleares delicadas, niega
las acusaciones de Occidente de que esté desarrollando armas atómicas
en secreto. Dice que su programa nuclear únicamente apunta a la
generación pacífica de energía.
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