Varios periódicos
españoles se han referido al anuncio del cese el fuego por parte de la
organización separatista vasca ETA como una "trampa" o una "farsa" que
tiene como objeto permitir la participación de sus socios políticos en
las próximas elecciones municipales.
También hay quienes afirman que ETA sólo quiere
ganar tiempo mientras se recupera de los golpes asestados por la policía
española.
Sin embargo, en el relato de la entrega del
video a un periodista de la BBC se insinúa otra posible explicación para
la decisión.
"El pueblo de Cataluña acababa de conseguir una
mayor autonomía de Madrid y los separatistas de allí no tienen ningún
ejército ni hombres armados", le dijo el intermediario de la
organización a Clive Myrie de la BBC.
"¿Podría ser que efectivamente ETA esté
entorpeciendo la causa del nacionalismo vasco, en lugar de
facilitarla?", se preguntó también en voz alta.
Para el corresponsal del diario Correo Vasco en Londres, Íñigo Gurruchaga, la respuesta a esa pregunta es un categórico "sí".
"El mayor obstáculo para hacer cumplir el programa de ETA es la existencia de ETA", le dijo Gurruchaga a BBC Mundo.
"Pero la afirmación sobre Cataluña me parece exagerada. De hecho, Cataluña tiene menos autonomía que el País Vasco", advirtió.
Las comparaciones
Gurruchaga basa su afirmación en el hecho de que
el País Vasco tiene competencias fiscales muy superiores a las de
cualquier otra comunidad autónoma de España.
Efectivamente, las instituciones autonómicas
vascas tienen competencias en la definición de la normativa fiscal que
se aplica en su territorio -sobre todo en lo que se refiere a los
tributos directos-, encargándose además del cobro de todos los
impuestos.
Cataluña tiene menos autonomía que el País Vasco
Íñigo Gurruchaga, El Correo Vasco
Una parte de lo recaudado se emplea luego para
pagarle al Estado español por los servicios brindados en las áreas de su
competencia, mientras que el resto es usado para financiar su
autonomía.
La hacienda catalana, en comparación, recauda sólo una pequeña parte de los impuestos que se cobran en su territorio.
Se trata, en las palabras del catedrático de
Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan
Subirats, de "un caso realmente excepcional".
Pero Subirats también hace notar que esos
privilegios -fundamentados en prácticas y costumbres que se remontan
hasta la edad media- ya fueron institucionalizados en su momento por el
Estatuto de Autonomía del país Vasco de 1979.
Desde entonces hasta la fecha, sostiene
Subirats, es el Estatuto catalán el que ha sabido ir "mucho más al
límite de las fronteras marcadas por la Constitución".
Y las instituciones catalanas tienen hoy por hoy
mayores competencias que sus similares vascas en áreas como el
transporte, las políticas de empleo, la gestión de prisiones o el tema
de la justicia.
¿Un asunto de legitimidad?
Para Subirats, el hecho de que la sociedad
catalana haya logrado avanzar en sus reivindicaciones "con un proceso
menos doloroso", tal vez sea aún más importante.
"Si dejamos de un lado el tema fiscal, que no es
nada marginal, me imagino que este intermediario de ETA en realidad se
estaba refiriendo a la mayor legitimidad político-social-civil (de la
que gozan en Cataluña las reivindicaciones nacionalistas)", sugirió
Subirats.
Una legitimidad que, en la opinión del académico
catalán, ha permitido que esas reivindicaciones "sean perfectamente
encuadrables en el debate político normal".
Para Íñigo Gurruchaga esto contrasta particularmente con la imagen "clandestina y encapuchada" del nacionalismo que ofrece ETA.
Y también con la realidad de la sociedad vasca: muy desarrollada, con una de las rentas per cápita más altas de España (y uno de los índices de desempleo más bajos), así como un alto nivel de vida.
"En Cataluña el discurso nacionalista genera menos recelos en la población", reconoce el corresponsal del Correo Vasco
La sobrevivencia abertzale
Curiosamente, sin embargo, las diferencias entre
el País Vasco y Cataluña no parecen incidir sobre el nivel de apoyo a
los partidos nacionalistas -tanto moderados como radicales- en ambas
comunidades.
"Si se suman todos los votos recibidos desde
1977 los resultados son muy similares, tal vez con una pequeña ventaja
para los partidos vascos", afirma Gurruchaga.
Para la izquierda abertzale, se trata de un asunto de vida o muerte
Joan Subirats, catedrático de Ciencias Políticas
"Pero los nacionalistas vascos no pueden unirse como consecuencia de la existencia de ETA", explica.
"Y desde hace ya meses el movimiento abertzale
(la expresión política del nacionalismo radical vasco) parece haber
llegado a la conclusión que la existencia de ETA conlleva su
inexistencia como movimiento", continuó.
Esa opinión también es compartida por Joan Subirats.
Y ambos analistas coinciden en que el anuncio
del cese al fuego parece sugerir que por primera vez en mucho tiempo –de
hecho, tal vez por primera vez en la historia de ETA- el brazo
político parece estar pesando más que el brazo militar.
Para muchos, la razón es plenamente coyuntural:
los golpes asestados por la policía española a ETA y la proximidad de
unas elecciones municipales en las que la izquierda abertzale tiene prohibido participar.
Pero tampoco se puede descartar la posibilidad
de que el balance de fuerzas se haya dado vuelta permanentemente,
especialmente ante ejemplos como el de Irlanda del Norte o -como apunta
Subirats- "tras el caso de Kosovo o lo que está a punto de ocurrir en
Bélgica".
En cualquier caso, sugiere Gurruchaga, "nunca antes había el movimiento abertzale empleado un lenguaje tan explícito llamando a parar la violencia".
"Y lo que vamos a ver en los próximos meses es cómo se resuelve esa tensión", concluyó.
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