Esta semana han muerto en Mozambique seis personas, entre ellas dos
niños, y 27 han resultado heridas en las manifestaciones ocurridas por
el aumento de los precios de los alimentos, fundamentalmente del trigo.
La FAO admite que el índice de precios de alimentos subió en agosto
un 5%, pero afirma que "la producción mundial de cereales en 2010 sería
la tercera mayor de la historia y estaría por encima de la media de los
últimos cinco años".
Esta contradicción nos vuelve a recordar la
total actualidad de la crisis alimentaria global, y de uno de los
principales causantes, que es la especulación alimentaria.
La
anterior crisis de 2008 nos dejó como aprendizaje que no podemos confiar
en las bolsas de valores a futuro, donde cotizan los alimentos a nivel
global, para asegurar nuestra alimentación. El comercio de alimentos sin
regulación es la fuente de la especulación que acaba por incrementar el
precio final de los alimentos. Pero nuestros Gobiernos no han hecho
nada y la historia se repite.
Pero, ¿quién gana en este juego
perverso de la especulación? Pues ganan las empresas de inversión y
especulación y ganan las empresas del agronegocio que controlan el
suministro de las materias primas. Sus acciones suben de valor y, de
hecho, forman parte también de la especulación financiera. ¿Y quién
pierde? Pues los eslabones sin poder y más débiles de la sociedad y
agricultores a pequeña escala, que ven reducir su renta y seguridad
alimentaria.
Estas subidas de precio en los cereales a nivel
mundial serán analizadas en una sesión especial de un día del Grupo
Intergubernamental sobre Cereales de la FAO, fijada para el 24 de
septiembre en la sede de la FAO en Roma. Veamos quién gana y quién
pierde. ¿Especulamos?.
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