Finalmente el
Gobierno del presidente Alan García Pérez nombró al primer titular del
flamante Ministerio de Cultura. Se trata del reconocido antropólogo e
historiador Juan Ossio Acuña, reputado intelectual que deberá afrontar
al más breve plazo dos grandes retos: colocar los más sólidos cimientos a
la naciente entidad y definir los lineamientos de una política de
Estado en dicho sector; hasta ahora inexistente.
Para esta tarea Ossio, destacado intelectual del entorno del escritor Mario Vargas Llosa, cuenta con el apoyo del señor César Sarasara, como viceministro de interculturalidad, y del señor Bernardo Roca Rey Miró Quesada, como viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales. Hasta el 11 de marzo del 2009 Sarasara integró la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (Conap). En el caso de Roca Rey se trata de un notable investigador y difusor de la culinaria peruana, actual presidente de la Asociación Peruana de Gastronomía (Apega), integrante de la comisión del Lugar de la Memoria y cercano al entorno del pensador peruano Hernando de Soto. Con ellos Ossio bregará arduamente para superar las dificultades inherentes a un nuevo ministerio, el número diecisiete con el que cuenta nuestro país. A ello hay que agregar una verdadera lucha contra el tiempo, pues estamos ya en el tramo final de la gestión aprista. Sería de esperar que por salud de la cultura nacional, el próximo gobierno diese continuidad al ministro Ossio.
La nueva entidad absorberá al Instituto Nacional de Cultura (INC), la Biblioteca Nacional del Perú (BNP), al Archivo General de la Nación y también a la Academia Mayor de la Lengua Quechua, al Instituto Nacional de Desarrollo de los Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano (Indepa) e incluso al Instituto de Radio y Televisión Peruana (IRTP, el canal y radio estatales), entre otros.
Cabe destacar el entusiasmo y firmeza de propósito con que Ossio asume su designación, al señalar que esta institución debe ser sólida para revalorar nuestra cultura y tender los puentes para mejorar la comunicación entre peruanos. Ha propuesto que parte del canon minero de las empresas que operan en el país se destine al desarrollo cultural para convertir al Perú en un ejemplo mundial. El flamante ministro ha dicho que la propuesta será presentada en breve al presidente.
El Poder Ejecutivo y el Congreso deberán apoyar política e institucionalmente las primeras tareas, como son la aprobación de reglamentos, transferencia de funciones y recursos de otros sectores, y la definición y aprobación de partidas presupuestales.
Este ministerio, como señala su ley de creación, ha de abocarse a promover mayor participación del sector privado en el ámbito de la promoción de la actividad, la creación y la industria cultural, pero ello debe darse junto con una presencia más activa y reguladora del Estado.
La conservación y puesta en valor de nuestro riquísimo patrimonio, tangible e intangible, artístico, histórico y arqueológico es un tema que reclama atención. Al respecto, Ossio se ha referido al grave problema del saqueo de las iglesias, al huaqueo y al contrabando de piezas arqueológicas y reliquias coloniales, ante lo cual ha planteado la creación de un cuerpo policial especializado en protección del patrimonio.
El Perú es un país con una enorme riqueza cultural en todo sentido, que debe ser protegida y compartida por todos, como parte de nuestra identidad. Se espera del Ministerio de Cultura y del ministro Juan Ossio Acuña una visión, una apertura y un liderazgo dinámico en tal sentido, lo que, definitivamente, ayudará también a los objetivos de participación e inclusión social.
PODER EJECUTIVO
Para esta tarea Ossio, destacado intelectual del entorno del escritor Mario Vargas Llosa, cuenta con el apoyo del señor César Sarasara, como viceministro de interculturalidad, y del señor Bernardo Roca Rey Miró Quesada, como viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales. Hasta el 11 de marzo del 2009 Sarasara integró la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (Conap). En el caso de Roca Rey se trata de un notable investigador y difusor de la culinaria peruana, actual presidente de la Asociación Peruana de Gastronomía (Apega), integrante de la comisión del Lugar de la Memoria y cercano al entorno del pensador peruano Hernando de Soto. Con ellos Ossio bregará arduamente para superar las dificultades inherentes a un nuevo ministerio, el número diecisiete con el que cuenta nuestro país. A ello hay que agregar una verdadera lucha contra el tiempo, pues estamos ya en el tramo final de la gestión aprista. Sería de esperar que por salud de la cultura nacional, el próximo gobierno diese continuidad al ministro Ossio.
La nueva entidad absorberá al Instituto Nacional de Cultura (INC), la Biblioteca Nacional del Perú (BNP), al Archivo General de la Nación y también a la Academia Mayor de la Lengua Quechua, al Instituto Nacional de Desarrollo de los Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano (Indepa) e incluso al Instituto de Radio y Televisión Peruana (IRTP, el canal y radio estatales), entre otros.
Cabe destacar el entusiasmo y firmeza de propósito con que Ossio asume su designación, al señalar que esta institución debe ser sólida para revalorar nuestra cultura y tender los puentes para mejorar la comunicación entre peruanos. Ha propuesto que parte del canon minero de las empresas que operan en el país se destine al desarrollo cultural para convertir al Perú en un ejemplo mundial. El flamante ministro ha dicho que la propuesta será presentada en breve al presidente.
El Poder Ejecutivo y el Congreso deberán apoyar política e institucionalmente las primeras tareas, como son la aprobación de reglamentos, transferencia de funciones y recursos de otros sectores, y la definición y aprobación de partidas presupuestales.
Este ministerio, como señala su ley de creación, ha de abocarse a promover mayor participación del sector privado en el ámbito de la promoción de la actividad, la creación y la industria cultural, pero ello debe darse junto con una presencia más activa y reguladora del Estado.
La conservación y puesta en valor de nuestro riquísimo patrimonio, tangible e intangible, artístico, histórico y arqueológico es un tema que reclama atención. Al respecto, Ossio se ha referido al grave problema del saqueo de las iglesias, al huaqueo y al contrabando de piezas arqueológicas y reliquias coloniales, ante lo cual ha planteado la creación de un cuerpo policial especializado en protección del patrimonio.
El Perú es un país con una enorme riqueza cultural en todo sentido, que debe ser protegida y compartida por todos, como parte de nuestra identidad. Se espera del Ministerio de Cultura y del ministro Juan Ossio Acuña una visión, una apertura y un liderazgo dinámico en tal sentido, lo que, definitivamente, ayudará también a los objetivos de participación e inclusión social.
PODER EJECUTIVO
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