15 diciembre 2009

EE.UU., "decepcionado" con la votación

Redacción
Arturo Valenzuela, secretario de Estado adjunto para América 
Latina
Valenzuela dijo que EE.UU. "esperaba la restitución" de Zelaya este miércoles.

El gobierno de Estados Unidos dijo estar "decepcionado" con el rechazo del Congreso hondureño a la restitución de Manuel Zelaya, presidente depuesto de Honduras.

"Esperábamos que el Congreso aprobara su restitución", aseguró este jueves el secretario de Estado adjunto para América Latina, Arturo Valenzuela,

No obstante, Valenzuela aseguró que la decisión parlamentaria del miércoles —en la cual 111 diputados se opusieron al regreso de Zelaya a la presidencia y sólo 14 votaron a favor— "se llevó a cabo de una manera transparente".

El secretario adjunto pidió a los políticos hondureños que dieran nuevos pasos que permitan la creación de un gobierno de unidad nacional y el nacimiento de una comisión de la verdad para investigar el golpe.

"Queda mucho trabajo por hacer para restablecer el orden democrático y constitucional en Honduras y promover la reconciliación nacional", dijo. "El status quo sigue siendo inaceptable", subrayó.

La Casa Blanca apoyó la restitución de Zelaya en el poder a través de este voto parlamentario, a pesar de que el propio mandatario depuesto rechazó aceptar cualquier regreso a la presidencia que sirviera "para encubrir el golpe de Estado" del 28 de junio.


Washington también respaldó las elecciones presidenciales del pasado domingo, pero Valenzuela advirtió entonces que estos comicios "no son suficientes" para solucionar la crisis política del país.

"Dudas sobre el contexto" electoral

Mientras, en Tegucigalpa, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) presentó un informe de la misión de observación que estuvo en Honduras en los pasados 10 días, en el que cuestionó el contexto de derechos humanos en el que se llevaron a cabo las elecciones del domingo.

Aunque AI aclaró que su presencia no era una misión de observación electoral, el jefe de la misión, Javier Zúñiga, le dijo a BBC Mundo que, aunque no tiene "motivos para dudar" sobre la calidad técnica del proceso, si tienen "algunas dudas sobre el contexto en el que se realizaron"

"Yo simplemente le recuerdo que no hubo observación internacional calificada, como de la Organización de Estados Americanos (OEA) o de Naciones Unidas (ONU)" dijo Zúñiga, quien tuvo experiencia en la organización de procesos electorales en Haití.

Zúñiga insistió en que "la crisis en Honduras no termina con los resultados electorales" y que el próximo gobierno debe tomar medidas para desmontar los controles a las libertades personales y de expresión que se establecieron bajo el gobierno interino.

AI exige además que se establezcan responsabilidades en los casos de abusos de derechos humanos que han podido documentar.

Brasil comparte decepción

Brasil y los demás países de América Latina que han estado clamando por la restitución de Zelaya se han pronunciado igualmente decepcionados con la decisión del Congreso hondureño de permitir su retorno al poder.
Sin embargo, a diferencia de Estados Unidos, los brasileños y muchos otros gobiernos latinoamericanos cuestionan la legitimidad del futuro gobierno del presidente electo Porfirio "Pepe" Lobo
Brasil ya dijo que no reconoce la legitimidad de la elección. No van a reconocer al gobierno de Lobo. Obviamente se espera que este proceso evolucione y que los países busquen un consenso sobre esta situación
Paulo Sotero, director del Instituto Brasil del Wilson Center en Washington

“Brasil ya dijo que no reconoce la legitimidad de la elección. No van a reconocer al gobierno de Lobo. Obviamente se espera que este proceso evolucione y que los países busquen un consenso sobre esta situación”, señaló a BBC Mundo el director del Instituto Brasil del Wilson Center en Washington, Paulo Sotero.

El gobierno brasileño ha dado señales de que inclusive podría cerrar su embajada en Tegucigalpa, un hecho que complicaría la permanencia de Zelaya en su sede diplomática.

“Me imagino que en algún momento alguien podría ofrecerle un asilo político al señor Zelaya porque no tiene por qué quedarse ahí. Tal vez a partir de ahí Lobo pueda empezar a funcionar como presidente”, según Sotero.

El problema es que la decisión del Congreso hondureño reduce el margen de negociación de un futuro gobierno de Lobo para resolver la crisis.

Además, las diferencias entre Estados Unidos y los países latinoamericanos agregan un factor más a la compleja ecuación política.

Sin embargo “estas no son dificultades insuperables y la diplomacia existe para negociar estas diferencias”, según Sotero.

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