En Cuba, varios grupos pequeños
de disidentes se unieron para pedir al gobierno del presidente Raúl
Castro que ponga fin a la represión en la isla y que permita elecciones
democráticas de múltiples partidos políticos.
La reunión tuvo lugar en el
domicilio de La Habana del veterano disidente y ex preso Francisco
Chaviano, quien congregó a
32 organizaciones de todo el
país en una unión de grupos llamada Agenda para la Transición.
La unión emitió una declaración
-distribuida a la prensa extranjera- pidiendo reformas tanto políticas
como económicas. Solicitaron cambios en la ley para permitir elecciones
multipartidistas libres y la liberación incondicional de presos
políticos.
El documento también pide que
los cubanos puedan ejercer su "libre iniciativa empresarial".
Bajo una sóla bandera
La unión aseguró que la única manera que Cuba tiene para sobrevivir a la crisis económica mundial es impulsar las reformas de mercado.
Siete disidentes cubanos
firmaron el documento, entre ellos Francisco Chaviano y otro ex preso
Héctor Palacios, así como el presidente de la ilegal pero tolerada
Comisión Cubana de Derechos Humanos, Elizardo Sánchez.
Ésta es la última transformación
de lo que sigue siendo una pequeña -y generalmente dividida- comunidad
disidente en la isla.
Ha habido intentos previos de
unir bajo una sola bandera a la mayor cantidad de grupos posibles, pero
las alianzas siguen cambiando.
Una nueva generación de críticos
también ha surgido, como la blogger Yoani Sánchez.
Pero por el momento se mantienen
separados de los grupos más antiguos.
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