La voz de alerta la dio
una de las víctimas que logró escapar. Tras la denuncia fueron liberadas
107 personas que trabajaban como esclavos en una fábrica clandestina de
pinzas para ropa y bolsas para centros comerciales en Ciudad de México.
Las víctimas sufrían desnutrición y mostraban señales de abuso físico y sexual.
En su mayoría son indígenas del sur del país que estaban sometidos a jornadas laborales de 16 horas, según la información entregada por la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (fiscalía capitalina).
Condiciones infrahumanas
“Las víctimas vivían en condiciones infrahumanas, insalubres, hacinadas, bajo maltrato y explotación sexual”, informó la fiscalía.
Las autoridades señalaron que varias de las personas rescatadas fueron enviadas a diversos hospitales con “evidentes grados de desnutrición y deshidratación, laceraciones e infecciones cutáneas y fracturas, entre otros padecimientos”.
Algunas de las víctimas fueron llevadas a la fábrica bajo la promesa de un trabajo, otros secuestrados en las inmediaciones de la Central de Abastos -el mayor centro de distribución de alimentos de la ciudad- y unos pocos internados en el lugar por sus familiares para ser sometidos a un proceso de rehabilitación.
Las víctimas vivían en condiciones infrahumanas, insalubres, hacinadas, bajo maltrato y explotación sexual
Informe de la
Procuraduría de Justicia del Distrito Federal
Durante el operativo policial fueron capturados 23 presuntos integrantes de una banda delictiva acusada del delito de tráficos de personas.
La prensa local informó que los agentes a cargo del caso investigan denuncias de que algunos policías actuaron como cómplices del delito.
“Los elegidos de Dios”
El sitio donde las personas estaban cautivas operaba bajo el nombre de “Instituto de Rehabilitación de Alcohol y Drogadicción, Hospital Santo Tomás, Los Elegidos de Dios”, ubicado en la delegación de Iztapalapa.
Según testimonios de las víctimas la fábrica clandestina operaba desde hace ocho años.
Hasta que un día, uno de los esclavos fue rescatado por su familia y decidió presentar una denuncia en septiembre pasado.
En ella deja constancia que fue secuestrado mientras descargaba un camión en la Central de Abastos y subido por la fuerza en una camioneta donde había otras personas.
Encerrados con cadenas
El testimonio indica que el trabajo comenzaba a las 08:00 y terminaba a la medianoche y que los cautivos sólo tenían cerca de media hora para comer.
Como si se tratara de un verdadero infierno, los esclavos permanecían encerrados con cadenas y candados.
Durante los 38 días que estuvo cautivo, el denunciante vio trabajar a unas 300 personas, la mayoría indígenas mixtecos, zapotecos o mazatecos que se desempeñaban como cargadores en la Central de Abastos cuando fueron privados de su libertad.
Las víctimas dormían en el suelo, algunos encadenados en literas, y cuando eran sorprendidos conversando, los castigaban con tres días sin alimentos y sin autorización para ir al baño.
http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2009/12/091204_0556_mexico_esclavos_mz.shtml
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