En el campo, el agua es un bien
precioso controlado por las corporaciones de Estados Unidos que se vende
a precio de oro a los campesinos. En la ciudad los trabajadores
mexicanos se conectan a maquinas para trabajar de forma virtual al otro
lado de la frontera.
"Las películas de ciencia ficción siempre muestran el futuro en lugares como Los Ángeles, Nueva York o Londres pero nunca en Calcuta, Lima o México DF. ¿Acaso el futuro solo afecta a las metrópolis ricas?".
Esta misma pregunta que Alex Rivera me hace de forma retórica durante su estancia en Londres, es la semilla que dio origen a su experimento cinematográfico futurista con México como escenario.
Ciencia ficción con acento latino
Alex Rivera es natural de Brooklyn. Su padre, de origen peruano llegó a estados unidos como inmigrante. El trabajo de Alex ha estado marcado por su pasión por en el género de ciencia ficción y su interés sobre la experiencia de los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos."Me cuesta creer que en el futuro de pronto todo el mundo tendrá acceso a todos los avances" me cuenta: "Es más lógico pensar que en el futuro habrá lugares al margen del desarrollo, en donde las condiciones habrán empeorado. Para mí, un pueblo en el desierto de México es un escenario del futuro tan creíble como una ciudad en la que circulen coches voladores. Como dijo William Gibson, escritor y visionario que invento el término ciberespacio, el futuro ya esta aquí, sólo que no ha llegado a todos de forma igualitaria".
Trabajadores "virtuales"
A través del lenguaje de la ciencia ficción la película explora aspectos de fuerte contenido político y social. En una de las escenas, cientos de trabajadores mexicanos aparecen de pie en una nave industrial conectados a través de dispositivos instalados en sus cuerpos a un entramado de cables, realizando movimientos repetitivos.En la siguiente escena, robots en distintas ciudades de Estados Unidos se dedican a recolectar fruta o trabajar en la construcción, dirigidos de forma virtual por los trabajadores al otro lado de la frontera. Como explica Alex, se trata del verdadero "sueño americano": "El trabajo y la energía de los inmigrantes pero sin su presencia física en suelo estadounidense".
Una visión de futuro que según me cuenta, no parecería tan descabellada: "Actualmente hay compañías diseñando robots que funcionan remotamente dirigidos por seres humanos. En Irak y Afganistán se están llevando a cabo operaciones quirúrgicas a soldados por control remoto hechas por cirujanos en Londres o Chicago.
La presentación de "Traficantes de sueños" en el festival de cine latinoamericano de Londres supone además una mirada a un género, la ciencia ficción, que rara vez forma parte de la temática contemplada en la producción cinematográfica con acento latino: "No es sorprendente que no se haga ciencia ficción en Latinoamérica. El dinero dedicado al cine en la región no es mucho y no es fácil hacer una película futurista de bajo presupuesto que resulte creíble" afirma Alex.
Pero mas allá de los aspectos técnicos y de producción, para Alex el género futurista es un vehículo para tratar problemas actuales y México es el escenario ideal: "Para mí la relación entre México y Estados unidos es una metáfora perfecta del futuro de la globalización: dos países interconectados entre sí y dependientes el uno del otro y sin embargo separados por profundas barreras físicas y mentales".
http://www.bbc.co.uk/mundo/cultura_sociedad/2009/12/091207_pelicula_mexicana-re.shtml
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