17 octubre 2009

Zapatero promete a Obama enviar más guardias civiles a Afganistán



España hará "una contribución importante" para formar a la policía afgana
 
España hará una "contribución importante" a la formación de las fuerzas de seguridad afganas a través de la Guardia Civil. Así se lo prometió ayer el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, durante su primera visita a la Casa Blanca. "Le he transmitido al presidente Obama que siempre estamos dispuestos a hacer el máximo esfuerzo para la formación de las fuerzas de seguridad", agregó Zapatero, en la breve comparecencia que ambos protagonizaron ante la chimenea del Despacho Oval, bajo un retrato de George Washington flanqueado por bustos de Lincoln y Luther King. Tras subrayar que el compromiso español en Afganistán es "firme y sólido", admitió que el envío de guardias civiles era el único "punto nuevo" que Obama había puesto sobre la mesa.
 
Zapatero ya anunció en abril pasado que España mandaría 40 guardias civiles a Afganistán dentro de una operación con la Gendarmería francesa y los Carabinieri italianos (que aún no se ha puesto en marcha), y ya cuenta con una decena de agentes en la misión policial de la UE. Sin embargo, las necesidades sobre el terreno son muy superiores: la OTAN ha aprobado un plan que requiere 10.000 instructores y está presionando a sus socios para que los aporten. Hasta ahora, la creación de una policía y un ejército afganos capaces de valerse por sí mismos ha sido un fiasco y Obama, que tiene pendiente una petición para enviar otros 40.000 soldados, sabe que sólo cuando los afganos empiecen a asumir su propia seguridad podrá atisbarse el final del túnel.


El presidente español llegó a las 12.03 a la Casa Blanca, donde le recibió su jefa de protocolo. En total, estuvo dentro algo menos de dos horas. Fue una "intensa jornada de diálogo y trabajo", en palabras de Zapatero. Comenzó con un almuerzo frugal (de aproximadamente una hora y cuarto de duración) entre las dos delegaciones y concluyó con un efusivo apretón de manos. Obama y Zapatero dieron muestras de profesarse simpatía mutua, aunque sin efusiones. Mientras el primero hablaba, el segundo sonreía y asentía con la cabeza. Cuando intervenía Zapatero, Obama le escuchaba con gesto atento y le daba alguna palmadita en el brazo. Ambos, sin embargo, tenían que interrumpir sus palabras para girarse hacia sus traductoras. "Muy bien", le dijo Obama a la suya, en español, después de que ésta casi perdiera el aliento con una respuesta.

Los dos mandatarios hablaron de economía y seguridad, en palabras de Zapatero, o de seguridad y economía, según Obama. Pareció que el orden de prioridades fue el indicado por el segundo, quien comenzó subrayando el papel de España como socio de la OTAN y agradeciéndole su contribución en Afganistán. Aun así, se acordó la creación de un foro de colaboración económica que reúna a las principales empresas inversoras de cada país en el otro. Estados Unidos es el primer inversor extranjero en España y España el tercero en EE UU, recordó el presidente Obama, quien subrayó el liderazgo español en transporte ferroviario de alta velocidad y energías renovables.

El único reproche velado, y tal vez ni siquiera consciente, se produjo cuando el presidente estadounidense citó Kosovo entre los asuntos en los que EE UU y España deberán cooperar cuando la segunda asuma la presidencia de turno de la Unión Europea, en el primer semestre de 2010. La negativa española a reconocer la independencia de Kosovo es prácticamente el único punto de discrepancia entre la Administración demócrata y el Gobierno de Rodríguez Zapatero en política exterior.

En contra de lo que se esperaba, Zapatero no hizo público el número de ex reclusos que está dispuesto a acoger en España para ayudar a Obama a cumplir su compromiso de cerrar en enero próximo el penal ilegal de Guantánamo. "Me ha agradecido la posición española de acoger presos y estamos concretando", respondió el presidente español, sin aportar más detalles. España ya ha seleccionado a dos ex presos (un palestino y un yemení de los casi 50 que EE UU quiere deportar a Europa), pero está dispuesta a incluir en la lista alguno más si cumple los requisitos exigidos.

Obama destacó su coincidencia con Zapatero sobre el conflicto de Oriente Próximo, donde, según sus palabras, "ha llegado el momento de reiniciar las conversaciones entre palestinos e israelíes para crear dos Estados que vivan juntos en paz y con seguridad" y recordó que su huésped se disponía a viajar de inmediato a la región (anoche voló a Damasco, Siria, como primera etapa de una gira que le llevará también a Israel, los territorios ocupados, Jordania y Líbano), pero ninguna de las dos delegaciones reveló si le había encomendado alguna gestión. De la española formaban parte el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el secretario general de la Presidencia, Bernardino León; de la estadounidense, el jefe de Gabinete de Obama, Rahm Emanuel, y el consejero de Seguridad Nacional, el general James Jones.

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