La OMS estimó que habría 150 millones de muertos y han fallecido
15.000. Más de 250.000 lo hacen al año de gripe normal. La pandemia está
en fase de declive, pero los expertos dicen que puede haber una segunda
oleada. No saben si será más dañina
La gripe A es una pandemia benévola y de fácil transmisión que se encuentra en fase de declive. Hasta el momento han muerto debido a ella 15.000 personas, 373 en España. Muy lejos de los 150 millones de muertos que inicialmente calculó de forma alarmante la OMS. Los expertos piden no bajar la guardia: la probabilidad de una segunda oleada es del 70% ¿Será esta vez más dañina?
No bese ni estreche la mano de otras personas, use pañuelos para
estornudar y evite lugares concurridos.
Fueron algunas de las más que
tajantes recomendaciones de las autoridades sanitarias para reducir la
hecatombe que pensaban que causaría la gripe A (una variante del virus
H1N1). Temían lo peor. O algo peor que la gripe estacional, que causa
entre 250.000 y 500.000 muertes todos los años en todo el mundo. En
España, unas 8.000, según calcula el Gobierno.
Según los últimos
datos disponibles del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica del
Instituto de Salud Carlos III, la tasa de incidencia media de la gripe
en España se sitúa en 18,41 casos por cada 100.000 habitantes. El pico
de contagios se produjo en la semana del 15 al 21 de noviembre, con
372,7 casos por cada 100.000 habitantes. A finales de diciembre, la
situación era más benigna: la tasa bajó a un promedio de 40 casos
declarados, cuando el límite para hablar de epidemia está en los 70
casos por 100.000 habitantes. Muchos ciudadanos se preguntan ahora:
¿realmente ha sido una pandemia?, ¿exageraron las autoridades
sanitarias?, ¿para qué tantas vacunas?
La resaca han sido las
críticas contra el papel de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El epidemiólogo alemán Wolfgang Wodarg, hasta hace poco presidente del
Comité de Sanidad del Consejo de Europa, acusó al organismo de provocar
la psicosis y estar en connivencia con la industria farmacéutica. En la
reunión de Estrasburgo del pasado 26 de enero, la OMS expuso sus
argumentos: "Al principio no se podía saber su alcance, y aún no lo
sabemos: habrá que esperar dos años. Decir que no es pandemia es
trivializar", respondía Keiji Fukuda, número dos de la OMS.
Todo
comenzó el 21 de abril. EE UU anunció haber detectado a finales de marzo
un brote de gripe inusual procedente de México. A diferencia de las
gripes estacionales, esta vez afectaba gravemente a jóvenes sanos. El 11
de junio, la OMS declaró el nivel de alerta 6, es decir, de pandemia,
una clasificación muy discutida que atiende a la extensión geográfica,
pero no a la gravedad. Desde la primera semana de octubre, el ECDC
(siglas en inglés del Centro Europeo para la Prevención y el Control de
las Enfermedades) ha identificado más de 100 muertos semanales en Europa
por gripe A. El 90% fallecieron por neumonitis causada por la gripe y
eran jóvenes de menos de 45 años, explica Jordi Rello, gestor del
registro europeo de casos graves de H1N1 que llegan a las UCI.
"Seguramente no ha afectado gravemente a personas mayores debido a su
probable exposición a un mayor número de infecciones gripales. Con la
consecuencia de tener anticuerpos que les protejan de forma cruzada
frente a estos virus", dice José Antonio Melero, director general del
Centro Nacional de Microbiología (CNM), dependiente del Instituto de
Salud Carlos III. Juan Gervás, médico y profesor honorario de salud
pública en la Universidad Autónoma de Madrid, confirma: "Los jóvenes y
maduros que no se hayan vacunado y hayan pasado la enfermedad lo más
probable es que tengan defensas de por vida".
España hizo los
deberes tomando notas de la experiencia de los países latinoamericanos,
dice Jordi Rello. "En Chile, Argentina, Brasil o Perú, en junio de 2009,
en el pico de la pandemia, la situación era de auténtico caos, algo que
aquí no se ha producido gracias a la preparación". Durante el periodo
más intenso de la pandemia, sólo uno de cada mil casos de contagio
acababan ingresados en la UCI.
¿Qué nos espera? Los primeros casos
aparecieron a finales de junio, "cuando no debía haber gripe", dice
Jordi Rello. Se esperaba una gran oleada que duraría unas ocho semanas
al mes y medio de comenzar las clases en los colegios. Así fue de
mediados de octubre a principios de diciembre. Ahora estamos en los
niveles previos a septiembre. La única bola de cristal válida es revisar
la historia. En la gripe de 1918 hubo una gran oleada en octubre (como
en 1957) y tres meses más tarde se produjo una segunda oleada la mitad
de intensa, dice Rello. "La probabilidad ahora es del 70%, aunque esto
es imprevisible: en 1968 rebrotó al cabo de un año y la situación fue
peor. Si fuera así, la nueva oleada aparecería en octubre de 2010",
señala. Juan Martínez Hernández, médico experto en salud pública y
asesor de la Organización Médica Colegial (OMC) para la gripe, opina que
durante el año 2010 los más vulnerables a la gripe A pueden ser las
personas mayores. "Todo indica que habrá una segunda oleada que podría
ser más severa, razón para estar más alerta y continuar con el
seguimiento del virus, aunque sea imposible de predecir", afirma Melero.
Muchos
defienden el papel de la OMS. "Ha aumentado la confianza en la
capacidad de los gestores sanitarios para afrontar situaciones de crisis
en el futuro", dice Juan Martínez Hernández. "Recordemos la
incertidumbre de junio y lo que sucedía en México, Argentina y Chile con
los antecedentes del SARS y de la gripe aviar. Hubiera sido una
tremenda irresponsabilidad no tomar medidas con anticipación.
Lamentablemente, algunas medidas que se tomaron para evitar la
diseminación no sirvieron de nada", explica Jordi Rello. "Hubiera sido
más razonable tomar medidas proporcionales, adaptándonos a las
necesidades", argumenta Andreu Segura, presidente de la Sociedad
Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). Cita como
ejemplo de medidas mejorables la gestión de las vacunas y el bajo nivel
de vacunación obtenido entre los grupos de riesgo. Un fenómeno que se
dio, en su opinión, "por desconfianza y desconcierto ante la información
proporcionada", apunta. En cambio, felicita a la red de médicos
centinela, "que ha permitido seguir con mucha precisión la evolución de
la epidemia e ir viendo que las cosas no iban tan mal".
Según
Gervás, la OMS ha perdido mucho crédito entre la gripe A y la gripe
aviar (más de 100 millones de muertos pronosticados contra apenas 282
muertos en total). El profesor de la Universidad Autónoma apunta que la
pandemia ha cumplido la misma evolución que en el hemisferio Sur, "algo
que se sabía desde junio: una gripe leve, de menor mortalidad que la
habitual, con menos ingresos en UCI y menos bajas laborales. Todo ello
sin vacunas ni antivirales".
Se han vacunado dos millones de
personas. ¿Qué hacer con los 11 millones de vacunas sobrantes? "Está por
ver", dice José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad.
Inicialmente, el Ministerio de Sanidad se comprometió a adquirir 37
millones de dosis, dos por individuo de los llamados grupos de riesgo,
según las primeras recomendaciones de la OMS. Finalmente, sólo hizo
falta una dosis y se hizo valer una cláusula del contrato para comprar
menos. "Hemos reducido la inversión prevista en 170 millones de euros",
añade Olmos. No se plantean vender ni donar las vacunas que sobren de la
campaña, sino almacenarlas. "Entre tanto, si hubiera petición de algún
país de adquirirlas, estaríamos en condiciones de negociar esa
eventualidad", adelanta.
Las alarmas se encendieron por la
aparición de algunas mutaciones del virus. El CNM ha informado de dos
nuevos casos de mutación del virus H1N1 por resistencia al antiviral
Oseltamivir (conocido como Tamiflu), con lo que son ya seis los casos de
esta mutación detectados en España. Ya se han identificado 12 casos de
mutación D222G, detectada por primera vez en Noruega y que ya ha
provocado dos fallecimientos en España. Hasta el momento se han
detectado 57 cepas que presentaron la mutación D222E. "Afortunadamente,
no son mutaciones que aumenten la letalidad", dice Juan Martínez
Hernández. "Es inevitable que el virus mute por sus características
genéticas, No sabemos cómo lo hará ni si mantendrá la capacidad de
causar neumonía", añade. "Son mutaciones esporádicas y sólo confieren
resistencia a uno de los antivirales. Lo único que podemos hacer es
seguir analizando los virus que están circulando", explica José Antonio
Melero. En unos meses saldrán otros antigripales que también están
dirigidos contra la neuraminidasa de los virus, una de las dos proteínas
principales presentes en la superficie del virus de la gripe H1N1 y que
facilita la infección.
Embarazadas en peligro
Durante el primer trimestre de embarazo, la gripe nueva puede
provocar lesiones en la placenta y abortos espontáneos. Se han muerto
cuatro veces más mujeres en su tercer trimestre de embarazo que mujeres
no embarazadas. "Pero incluso cuando se les ha suministrado el
tratamiento de forma retrasada, al cabo de tres a cuatro días del
diagnóstico, hemos podido salvar a muchas mujeres", dice Jordi Rello,
jefe de la UCI del hospital Joan XXIII de Tarragona. El riesgo de
complicaciones persiste hasta dos semanas después de dar a luz. "El bebé
no nace infectado. El problema es que sufra dificultades respiratorias
por inmadurez pulmonar. Nuestra política ha sido administrar un fármaco
para acelerar la maduración fetal", explica Rello. "En nuestra UCI
ingresaron cuatro embarazadas por virus gripal y salvamos a tres mujeres
y a los cuatro bebés". El efecto de la vacuna se prolonga durante
semanas y también protege al bebé durante sus primeros seis meses de
vida.
Más niños afectados
La pandemia de gripe A ha elevado un 28% el número de muertes entre
los 5 y los 14 años en Europa, según los resultados del estudio del
Statens Serum Institut de Copenhague (Dinamarca), publicado en la
revista Eurosurveillance. Otro estudio realizado en urgencias
pediátricas de cuatro hospitales catalanes indica que los ingresos
aumentaron entre un 25% y 30% por gripe A, cifras similares a las de
otro estudio de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría con ocho
hospitales de toda españa. Entre junio y noviembre ingresaron 119
pacientes con gripe A de un total de 45.000 visitas a urgencias
pediátricas del hospital Sant Joan de Déu, dice su jefe de sección
Carles Luaces. "Los antivíricos son importantes cuando sufren una
patología de base, por ejemplo, del corazón. De los tres casos con
resultado de muerte, dos fueron por afectación cardiaca". Desde el 6 de
diciembre, la afluencia ha caído de forma espectacular. "Prácticamente
no hay epidemia", sentencia Luaces.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/paso/gripe/elpepusoc/20100213elpepusoc_1/Tes
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