El presidente boliviano respalda los proyectos nucleares del
mandatario iraní
La corta visita a Bolivia del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, no ha podido ser más fructífera para ambos países: una postura antiimperialista, pero también la concreción de programas de cooperación, con la inauguración virtual de un hospital y una lechería, además de la incursión de proyectos como la explotación conjunta de litio del Salar de Uyuni, expresada en la declaración conjunta suscrita en la Casa de Gobierno de La Paz.
La delegación iraní fue recibida por el presidente de Bolivia, Evo
Morales, en el aeropuerto de El Alto, donde muchos ciudadanos dieron
muestras de simpatía, mientras otros, bolivianos conversos musulmanes,
expresaban su apoyo político. En la ciudad, un pequeño grupo repudió la
presencia de Ahmadineyad mientras mostraba un cartel que recordaba el
Holocausto -el dirigente iraní niega que se produjera- y el hecho de que
Bolivia fue uno de los primeros países en abrir sus puertas a los
emigrantes judíos tras la Segunda Guerra Mundial.
Ahmadineyad y
Morales reiteraron el "derecho de los países al desarrollo de la energía
nuclear con fines pacíficos, en el marco del Tratado sobre la No
Proliferación de Armas Nucleares, como un medio que puede contribuir
significativamente al desarrollo económico y tecnológico de los pueblos"
en una nueva declaración conjunta, muy similar a la que aprobaron en
2007.
Desde la Casa de Gobierno, los presidentes de Irán y de
Bolivia inauguraron, a través de una teleconferencia, la planta
industrial de lácteos en la localidad cocalera de Ivirgarzama y un
hospital de "segundo nivel" de siete pisos en uno de los distritos más
necesitados en la ciudad dormitorio de El Alto, que posee los mayores
índices de pobreza del país. La transmisión permitió ver el agitar de
banderas y el saludo de centenares de ciudadanos que serán los
principales favorecidos de estas obras. "Jallallah [viva, en
quechua] Irán, Jallalah Bolivia", repetían a voz en cuello.
Las
representaciones de ambos países tuvieron oportunidad de revisar el
avance de los acuerdos que los dos gobernantes suscribieron en
septiembre de 2007, cuando Ahmadineyad visitó por primera vez Bolivia.
"Agradezco
a Dios Todopoderoso" la unidad de "Bolivia, nación grande, culta y
revolucionaria al igual que Irán, en un frente común de lucha por una
mejor vida para todos", dijo satisfecho el presidente iraní tras ver
resultados efectivos de la cooperación convenida en su primera visita.
"Agradezco
a Dios Todopoderoso que, a pesar de las dificultades que provoca el
imperialismo, la colaboración entre ambos países avanza cada vez más",
agregó Ahmadineyad, quién destacó también que, a pesar de la distancia
geográfica, "nuestros corazones y nuestros pensamientos están cercanos".
Su inesperado Jallallah Bolivia, Jallallah Irán, para
cerrar su discurso, arrancó aplausos en la Casa de Gobierno.
Cooperación
entre ambos
El presidente boliviano destacó la cooperación
iraní en la transferencia tecnológica para el logro de la "seguridad
alimentaria con dignidad", y el establecimiento de un hospital con
especialidades del que carecía la tercera ciudad más poblada del país.
Las plantas industrializadoras de leche van a hacer realidad "mi sueño
de que todos los niños bolivianos estén bien alimentados", dijo Morales
al anunciar la instalación de otras dos y la construcción de al menos
seis en los próximos años.
El mandatario boliviano expresó su
optimismo ante la posibilidad, como señala la Declaración Conjunta, "de
trabajar juntos en el recurso del litio", del que Bolivia cuenta con una
de las mayores reservas mundiales. Ambas naciones continuarán
trabajando en la lucha por la dignidad y la soberanía, y por la
liberación de los pueblos, según Morales.
"Donde hay imperialismos
no hay desarrollo; donde hay bases militares extranjeras no hay
integración, ni paz social, y es por eso que tenemos coincidencias entre
Bolivia e Irán para continuar con la defensa de la soberanía y dignidad
de nuestros pueblos", aseguró el gobernante boliviano.
Irán tiene
comprometido un plan de ayuda de 1.100 millones de dólares, que además
incluye proyectos de petroquímica, mineros e industriales. De hecho, en
Santa Cruz se inauguró la oficina de la empresa petrolera de Irán.
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