Los líderes mundiales
presentes en la Cumbre sobre el Cambio Climático de Copenhague aún no se
ponen de acuerdo con el fin de frenar el calentamiento global.
Incluso siguen negociando pese a que se cumplió
el tiempo establecido en el cronograma de negociaciones.
Tras dos semanas de intensas discusiones, los
delegados no lograron producir un acuerdo preliminar el jueves y el
viernes por la mañana, una hora antes de que se reunieran los jefes de
Estado, no había ningún texto que pudiesen discutir y firmar.
En una muestra de las dificultades, el
presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, abandonó Copenhague antes de que
finalizaran las conversaciones, porque tenía previsto dirigirse a
Kazajistán.
Después de expresar sus dudas sobre la capacidad
de la comunidad internacional para iniciar una acción colectiva, el
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, urgió a los líderes a
"actuar juntos" para combatir el cambio climático.
"Creo que podemos actuar de forma decisiva
frente a esta amenaza común. Por eso he venido hoy aquí, no para hablar,
sino para actuar", dijo el mandatario durante su discurso frente a los
demás jefes de Estado.
Muchos esperan que la participación de Obama
logre sacar a las conversaciones del punto muerto al que han llegado.
Durante el día -así como también desde que se
inició la reunión dos semanas atrás- el ambiente en la cumbre ha
oscilado entre el optimismo y el pesimismo, cambiando incluso
radicalmente de un polo al otro en cuestión de horas.
He venido hoy aquí, no para hablar, sino para actuar
Barack Obama, presidente
de EE.UU.
Las últimas noticias desde el centro de
conferencias indican que las esperanzas de llegar a un acuerdo han
comenzado a desvanecerse.
"La cumbre, esta mañana, es una cumbre en
crisis", afirmó el director del Programa de Medio Ambiente de la ONU
(UNEP), Achim Steiner.
Obstáculos en el camino
Los puntos más contenciosos para la concreción
de un acuerdo siguen siendo los mismos que en un principio:
-Recorte de las emisiones de CO2: los países en
desarrollo quieren que los países ricos recorten sus emisiones en al
menos 25%, algo que rechaza la mayoría de estas naciones
-Verificación de los recortes: EE.UU. no
aceptará recortes en las emisiones a menos que China haga lo mismo y
deje que un organismo internacional corrobore que lo está haciendo.
-Fondo de adaptación para los países pobres: los
países pobres quieren más dinero de lo que han ofrecido los países
ricos (US$100.000 millones para 2020) y quieren ayuda directa. Los
países desarrollados prefieren ayuda en forma de esquemas como los de
compensación de carbono.
-Límite del aumento de la temperatura: países en
desarrollo se oponen a que suba más de 1,5ºC, los países desarrollados
se inclinan por 2ºC y más recientemente admiten que aumentará en 3ºC.
-Vigencia de Kioto: los países en desarrollo
quieren que no se haga a un lado este protocolo, los desarrollados
prefieren un texto nuevo.
Según señala uno de los corresponsales de la BBC
en la cumbre, Matt McGrath, los delegados están trabajando en un texto
para que firmen los mandatarios, pero, con las horas contadas, muchos
dudan de que esté listo para el final de la cumbre.
En teoría Obama parte de Copenhague a las 16:30
hora local y la ceremonia de cierre es las 17:00 horas, pero lo más
probable es que no se cumpla ni con los horarios ni con los eventos
previstos en la agenda y la reunión se extienda durante el fin de
semana.
En caso de no lograr un acuerdo, está previsto
reunirse en México el próximo diciembre. Es más, éste es uno de los
temas que ya se está discutiendo cada vez más en los pasillos.
Sin embargo, esto significaría posponer una vez
más una solución al calentamiento global que no se ha logrado frenar
desde que tuviera lugar la primer reunión internacional sobre medio
ambiente, en la Cumbre de Río en 1992.
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