Este viernes en Copenhague los
líderes de más de 190 países intentarán hacer algo que nadie ha logrado
hasta el momento: frenar el aumento de las emisiones de dióxido de
carbono que se desprenden de la actividad humana.
Y con la entrada en el noveno y penúltimo día de la Cumbre de Copenhague, muchos temes que tampoco se solucione, 17 años más tarde, en esta reunión sin precedentes en la capital danesa.
clic Lectores con un clima de pesimismo
La cumbre, ¿será un éxito o un fracaso? ¿Se irán los jefes de gobierno y Estado con un documento satisfactorio bajo el brazo?
Ésta es la pregunta que no sólo se están haciendo todos los que tienen los ojos puestos en estas dos últimas semanas en Copenhague sino también aquellos que desde hace años esperan que la comunidad internacional ofrezca finalmente una respuesta al problema.
Todo menos optimismo
"Las noticias que nos llegan de Copenhague no son buenas", dijo la mandataria.
Según James Painter, uno de los analistas de la BBC presentes en la cumbre, algunos creen que hay un 30% de posibilidades de llegar a un acuerdo; otros creen que el porcentaje es más alto y otros más bajo, "aunque es poco probable que con 130 líderes todo culmine sin alguna suerte de acuerdo".
"Por otra parte, dice, "todo depende de con quién hablas y de qué definas como éxito o fracaso".
"Por ejemplo, para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático el resultado sería un éxito si se cumple con tres puntos fundamentales", dice Painter.
"Un recorte de al menos 25% de CO2 para 2020 (en base a 1990) que sea obligatorio, medible y verificable, el establecimiento de un fondo de adaptación rápido de al menos US$10.000 millones por año y un fondo de adaptación a largo plazo de US$100.000 millones para 2020 y un compromiso de las naciones en desarrollo más grandes de reducir sus emisiones".
"Pero aunque se logre un acuerdo sobre estos tres puntos", agrega Painter, "las pequeñas islas estado pueden considerar que no es suficiente porque quieren que se fije un aumento límite de la temperatura en 1,5ºC y no en 2ºC como especifican los países industrializados".
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La piedra en el zapato
Los obstáculos principales para la concreción de un acuerdo son cuatro:-En cuánto, para cuándo y quiénes deben reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero.
-Cuánto dinero se les debe otorgar a los países pobres para mitigar las consecuencias del cambio climático.
-La implementación de mecanismos de verificación de la reducción de CO2.
-La permanencia del Protocolo de Kioto (algo que favorecen los países en desarrollo y rechazan los desarrollados).
Y por si esto fuera poco, muchos países en desarrollo han incluido cambios de último momento que dificultan aún más cualquier clase de progreso.
El miércoles, por ejemplo, el presidente de Bolivia exigió que no se permita un aumento de la temperatura de más de 1ºC, una exigencia que supera incluso a la de las pequeñas islas estado -las más vulnerables al aumento del nivel del mar por causa del calentamiento global- que luchan por un límite de 1,5ºC.
Otro ejemplo, según señala el periódico británico Financial Times, es un texto sobre la transferencia de tecnología verde de los países ricos a los países pobres, que las naciones desarrolladas consideran inaceptable porque vulnera los derechos internacionales de propiedad intelectual.
Cambios de opinión
No obstante, hay quienes confían en que con la llegada de los principales jugadores a la cancha (se espera que Obama se presente en la cumbre el viernes) se suavizarán las diferencias y se llegará a un acuerdo.Estoy muy esperanzado en que podamos llegar a un acuerdo. No lo estaba en la noche, pero esta mañana me di cuenta de que todavía hay tiempo
Mohamed Nasheed,
presidente de las Maldivas
"Estoy muy esperanzado en que podamos llegar a un acuerdo. No lo estaba en la noche, pero esta mañana me di cuenta de que todavía hay tiempo", aseguró Mohamed Nasheed.
En opinión de George Monbiot, comentarista del periódico The Guardian, incluso aunque se llegue a firmar un acuerdo vinculante, el mundo está a contrarreloj para ratificarlo e implementarlo antes de que expiren las metas de Kioto a finales de 2012. Y el temor, dice Monbiot, es que si no se llega a un acuerdo este año, a pesar de la gigantesca e intensa actividad diplomática, ¿por qué deberíamos esperar que puedan hacerlo el año que viene?
Si todo falla, el próximo acuerdo ya tiene -al menos- sede: la idea es trasladar las conversaciones a México el próximo diciembre.
http://www.bbc.co.uk/mundo/ciencia_tecnologia/2009/12/091217_1200_clima_lp.shtml
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