Miraflores entregó el terreno de 8.301 m2 oficialmente. Vargas
Llosa: No se desprestigiará a las FF.AA.
“Que esta sea la
casa de todos los peruanos de buena voluntad que quieren vivir en paz y
sin miedo, respetados en sus diferencias, creencias y anhelos dentro de
la ley, la libertad y la tolerancia. De esta manera el lugar [el museo]
de la memoria nos ayudará a alcanzar el verdadero desarrollo político y
la verdadera prosperidad”.
Con estas palabras el presidente de la comisión de alto nivel para
el museo de la memoria, el escritor Mario Vargas Llosa, definió ayer el
objetivo de la creación del recinto durante la ceremonia de entrega del
terreno donde se construirá, en Miraflores. Asistieron el presidente
Alan García, el ex secretario general de las Naciones Unidas, Javier
Pérez de Cuéllar y el alcalde de Miraflores, Manuel Masías.
“El museo de la memoria no será una institución arqueológica
destinada solo a preservar el pasado, sino algo vivo y actual, un lugar
de exposición, estudio, diálogo y reflexión, que sirva para reforzar
nuestras instituciones, promover la paz y la convivencia entre los
peruanos, y enseñe a las nuevas generaciones los estragos que causan el
fanatismo ideológico y la transgresión de la ley”, advirtió Vargas
Llosa.
El escritor aprovechó para desmentir a quienes anticipan que el
museo servirá para desacreditar a los militares que participaron en la
lucha contra Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
(MRTA). “Quisiera tranquilizar a los soldados
que ven con aprehensión la creación del lugar: el sacrificio y el
heroísmo que tantos militares mostraron durante los años del terror
estarán presentes en sus salas al igual que el dolor de los civiles,
porque el museo será la casa de todas las víctimas”.
Una de las partes más resaltantes de su discurso fue cuando
agradeció al presidente García por “haber vencido las reticencias que
tuvo al principio contra el museo y haber rectificado y apoyado el
proyecto, resistiendo las presiones contrarias a él de dentro y de fuera
del Gobierno”. Calificó esta rectificación como un acto “de coraje y
democrático”.
Ante el presidente, se comprometió a hacer del museo “un lugar de
encuentro, amistad, serenidad y diálogo”, que no aumente las rivalidades
entre peruanos.
“LA MEJOR OBRA
DE MVLL”
El presidente García buscó comprometer aún más a Vargas Llosa:“Aquí estará tu gran obra, quizás la más importante, porque quedará por mucho tiempo”.
Confesó que para él fue un hecho confirmatorio que Vargas Llosa
decidiera asumir el “riesgo” de dirigir el proyecto. Dijo estar
convencido de que será “capaz de compaginarnos a todos en un libro que
exprese serena y verdaderamente qué es lo queremos hacia el futuro”.
Señaló, además, que el mensaje del museo debe ser de rechazo a la
violencia para fortalecer la democracia. “Quien llega a esta casa no
solo debe sacar una conclusión equilibrada, sino también salir
convencido de que la violencia no es nunca el camino hacia el bien”.
García no dudó en responder a las disimuladas críticas de Vargas
Llosa por su inicial desconfianza en la construcción del museo. “Estoy
convencido desde la noche en que nos reunimos, cuando te dije: “No me
convenzas, lo que tú digas se hará porque confío en ti””.
Dio su testimonio también Vanessa Quiroga, quien a los 5 años perdió
una pierna en el atentado de Sendero Luminoso en la calle Tarata de
Miraflores, en 1992.
El ex secretario general de la ONU, Javier
Pérez de Cuéllar, pidió a los peruanos hacer del museo un símbolo.
Advirtió que si no se llega a una confraternidad universal “se van a
tener que construir muchos museos como este”.
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