Los delegados africanos y del G-77 exigen que se tenga en cuenta el
Protocolo de Kyoto
COPENHAGUE.- El caos se adueñó ayer de la cumbre climática de la ONU que
se celebra en Copenhague, lo que alimentó los temores de que el
encuentro termine el viernes con un estrepitoso fracaso.
Mientras los países africanos abandonaban durante unas horas los grupos
de trabajo ante la negativa de los países ricos a incluir en el debate
las reducciones de emisiones obligatorias, centenares de asistentes
acreditados en el evento tuvieron que aguardar varias horas en el
exterior a que se desalojara un desbordado Bella Center, el centro de
conferencias donde se celebra la cumbre.
Las divergencias entre países industrializados y en vías de desarrollo
se hicieron patentes en el tramo final de la cumbre, que será clausurada
el viernes por 120 líderes mundiales.
Los 192 países presentes en la cita climática buscan un acuerdo que
entre en vigor en 2013. Las discrepancias entre los países pobres y
ricos se centran en que los primeros quieren mantener el Protocolo de
Kyoto, mientras que las naciones desarrolladas pretenden aprobar un
nuevo tratado que fije una reducción de emisiones y la financiación
necesaria para que los países pobres puedan cumplir los nuevos
compromisos.
Según un borrador de la ONU, las emisiones de gases de
efecto invernadero deberían reducirse al menos a la mitad para 2050.
Los representantes de los 53 países africanos, respaldados por los
países en vías de desarrollo del G-77, arremetieron contra las naciones
desarrolladas por querer encauzar el debate al margen del Protocolo de
Kyoto.
Un tibio desmentido del secretario ejecutivo de la cumbre, Yvo de Boer,
sobre el abandono de los africanos no sirvió para despejar los
nubarrones que se cernían sobre las conversaciones, con el mar de fondo
de un duro enfrentamiento entre los dos bloques. De Boer señaló que la
presidenta de la cumbre, la ex ministra danesa de Ambiente Connie
Hedegaard, había establecido contacto con los diversos grupos de
trabajo, en un claro intento de salvar del naufragio la reunión. Los
representantes africanos regresaron finalmente a las negociaciones, tras
lograr el compromiso de que la sesión plenaria de la cumbre abordara el
debate de los objetivos del Protocolo de Kyoto.
Obligaciones de Kyoto
Unico instrumento internacional actualmente existente para luchar contra
el calentamiento terrestre, Kyoto impone obligaciones a las naciones
industrializadas (como la reducción de emisión de gases), al tiempo que
protege a los países en vías de desarrollo. La primera fase de los
objetivos del Protocolo de Kyoto expira a finales de 2012 y la Cumbre de
Copenhague tiene como misión definir la acción internacional para
después de esa fecha.
Estados Unidos, que no ratificó Kyoto, considera que el Protocolo es
injusto porque no impone obligaciones a las grandes potencias en
desarrollo, como China, la India y Brasil, responsables de una gran
parte de las emisiones mundiales de CO2.
En este sentido, el viceministro de Relaciones Exteriores chino, He
Yafei, se desligó de toda responsabilidad, en caso de que la cumbre
fracase. "Sé que algunos dirán que es culpa de China si no hay acuerdo;
es una trampa de los países desarrollados", dijo Yafei a la prensa.
Mientras el caos se apoderaba de la reunión en Copenhague, el secretario
general de la ONU, Ban Ki-moon, recordaba desde Nueva York que el
tiempo se agota para llegar a un acuerdo final en la lucha contra el
cambio climático. "Si dejamos todo a los líderes para resolverlo en el
último minuto, corremos el riesgo de alcanzar un acuerdo débil o de
quedarnos sin acuerdo, lo que sería un fracaso de consecuencias
catastróficas", afirmó Ban en una conferencia de prensa celebrada pocas
horas antes de iniciar su viaje a Copenhague.
En el mismo sentido se pronunció ayer la Casa Blanca. Según el vocero
Robert Gibbs, el presidente norteamericano, Barack Obama, "está
comprometido a buscar un acuerdo que requiere pasos significativos por
parte de los países".
Mientras continuaban las tensas negociaciones, seguían las protestas en
las calles de la capital danesa. Más de un millar de personas se
manifestaron ante una fuerte vigilancia policial para reclamar la
apertura de las fronteras a los "refugiados climáticos". La policía
detuvo a una docena de activistas, después de haber arrestado a cerca de
1000 el sábado y a unos 250 anteayer durante las marchas celebradas el
fin de semana.
Pero la preocupación principal de los organizadores no fue ayer la
protesta en las calles, sino la aglomeración de asistentes en las
puertas del Bella Center. La organización reconoció que las expectativas
de asistencia se vieron superadas y tuvo que restringir el acceso de
cientos de personas al recinto. El Bella Center tiene una capacidad para
15.000 personas y hay más de 45.000 acreditados, entre delegados,
observadores y periodistas.
Agencias AP, AFP, EFE y Reuters
Los ejes
- ¿Un tratado o dos? No hay acuerdo todavía sobre si se deberá extender el tratado de Kyoto y agregar compromisos extras o acordar un nuevo tratado que entre en vigor en 2013.
- Metas a largo plazo. Un borrador de la ONU sugiere reducir al menos a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.
- Financiamiento. Las naciones ricas proponen
crear un fondo de 10.000 millones de dólares anuales para que los
países pobres puedan cumplir los nuevos compromisos, un fondo que China y
Africa rechazan. http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1211756
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