Redacción
El puente colgante Q’eswachaca,
ubicado en la provincia de Canas, en Cuzco, Perú, espera ser incluido en
la lista de sitios declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad que
prepara la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Se encuentra a 13.000 pies de altura sobre las
aguas del río Apurimac y fue alguna vez parte de la red de puentes
tejidos en la época del Imperio Inca.
Cada segunda semana del mes de junio es tejido y
tendido nuevamente, proceso en el que intervienen cuatro comunidades
del distrito de Quehue.
El Instituto Nacional de Cultural (INC) de Perú
lo declaró Patrimonio Cultural de la Nación el 5 de agosto de 2009, y
ahora se encuentra realizando un trabajo minucioso de investigación y
registro para presentarlo próximamente ante la Unesco, con el fin de
declararlo Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Aunque el puente no es necesario como vía de
comunicación, ya que existe un puente moderno cercano para cruzar el río
Apurimac, se trata de una costumbre ancestral que podría desaparecer.
El trabajo de renovación anual es un medio de
comunicación y cohesión social entre las comunidades y además constituye
una parte fundamental en la conformación de la identidad cultural de
las comunidades peruanas.
Debe ser inscrito como candidato en la lista Represenativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Soledad Mujica, INC
Por esta razón es que "debe ser inscrito como
candidato en la lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad", le dijo a BBC Mundo Soledad Mujica, Directora de
Registro y Estudio de la Cultura en el Perú Contemporáneo, del Instituto
Nacional de Cultura (INC).
Materiales únicos
El Q’eswachaka es el único puente realizado
exclusivamente con fibras vegetales existentes en los Andes.
Sus sogas, al estar hechas de fibras de hierbas,
se deterioran rápidamente y es por ésta razón que alrededor de mil
personas de comunidades locales lo reconstruyen.
Mujica además afirmó que es único en su tipo, se
basa en conocimientos tecnológicos prehispánicos y es parte fundamental
en la conformación de la identidad cultural y organización de las
comunidades andinas.
La fecha límite de presentación de la
candidatura ante la Unesco es el próximo 31 de agosto. Posteriormente,
la organización realizará un proceso de selección que dura 15 meses.
Tradición ancestral
El Q’eswachaca es un puente colgante
elaborado con ichú.
El puente se ha mantenido desde hace 600 años,
la época incaica, gracias a la reconstrucción anual que llevan a cabo
las comunidades locales: Chaupibanda, Choccayhua, Ccollana y Winch’iri, a
través de un sistema de origen prehispánico que permite la construcción
de obras a nivel intercomunal.
El proceso de reconstrucción del puente - de 28
metros de largo y 1.20 metros de ancho - se inicia una semana antes,
primero con la recolección del ichú y luego con la elaboración de las
sogas de distinto grosor y resistencia.
Durante los días de elaboración mujeres,
hombres, y niños de 800 familias participan a tiempo completo para
acabar éste trabajo.
Cada familia debe preparar 40 brazadas de soga
de golla ichú para obtener la cantidad necesaria para tejer el puente.
Legado inca
Este puente forma parte de la red de caminos
incaicos, hoy denominada Qhapaq Ñan, que unía todo el Tahuantinsuyo.
Los conocimientos ligados a la renovación del
puente Q’eswachaka se han transmitido y se transmiten de forma oral, de
generación en generación.
La actividad se realiza siguiendo un sistema de
trabajo denominado minka, de origen precolombino. Con ésta
técnica los andinos, además de reconstruir el puente, realizan grandes
trabajos comunales como la cosecha de ciertos productos, el
mantenimiento de andenes o la renovación de canales de irrigación.
Este increíble puente honra y sigue manteniendo
con vida el legado que la civilización Inca le dejó a la colectividad.
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