Ocho meses después de que el
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmase la ley de la reforma
de salud más ambiciosa de los últimos 45 años, las dudas sobre si
funcionará el sistema en el futuro se extienden en el país.
La reforma busca con este principio lograr asegurar a más de 30 millones de ciudadanos que en estos momentos carecen de cobertura.
A partir de 2014, todos estarán obligados a obtener un seguro de salud o enfrentar una multa de al menos US$695 al año, o 2,5% de sus ingresos.
Pero el avance de las demandas presentadas por más de 15 estados contra la constitucionalidad de la iniciativa y la fuerte oposición de los conservadores a la reforma en un momento en que la popularidad del presidente está en uno de sus puntos más bajos, plantea la cuestión de si ésta podría frenarse antes de entrar en vigor.
Los fiscales estatales que presentaron las demandas -todos ellos republicanos- sostienen que ese mandato excede la atribución constitucional que tiene el Congreso para "regular el comercio interestatal", al obligar a los ciudadanos a comprar ciertos productos.
Implementación por etapas
La ley es la ley a menos que los tribunales la declaren inconstitucional o que sea revocada (...) pero el nuevo sistema no funcionará tan bien sin la cooperación de los estados
Pamela Farley, Universidad de Pensilvania
"La ley es la ley a menos que los tribunales la declaren inconstitucional o que sea revocada", advierte Farley, al apuntar que la norma otorga al gobierno federal la autoridad para poner en práctica muchas de las disposiciones en los estados que no decidan cooperar. "Pero el nuevo sistema no funcionará tan bien sin la cooperación de los estados", matiza.
¿Pero qué se esconde detrás de la oposición de los estadounideneses a que todos los ciudadanos tengan un seguro de salud? Para algunos, la reforma es inconstitucional, otros alegan que el país no podrá hacerse cargo de los subsidios que gozarán aquellos que por sus ingresos serán ayudados a comprar pólizas y otros apuntan que el nuevo sistema es incompatible con la mentalidad de un importante porcentaje de estadounidenses que siguen pensando que la prestación de salud es un negocio, no un derecho.
Inconstitucionalidad y costo
Qué dice la reforma
- Con ella, el 95% de los estadounidenses estará cubierto por algún seguro de salud.
- Las familias de cuatro personas con ingresos por debajo de los US$88.000 anuales recibirán subsidios del gobierno.
- Las aseguradoras tendrán nuevas regulaciones que impedirán poner límites a determinadas pólizas de salud, negar cobertura por enfermedades preexistentes o cancelar planes a clientes enfermos.
- A partir del 2014 se creará una "bolsa de seguros" que permitirá a muchos estadounidenses y a pequeñas empresas a contratar seguros a más bajos precios.
- Los padres podrán mantener asegurados en sus contratos a sus hijos hasta que cumplan los 26 años.
El gobierno federal "contesta diciendo que el que esta gente sea inactiva es una ilusión" porque con el sistema actual cuando los que no tienen seguro están enfermos van al hospital y "son los ciudadanos quienes tienen que pagar US$43.000 millones anuales por esos servicios", aclaró.
clic Lea: ¿Reforma sanitaria inconstitucional?
Otro de los argumentos que alegan los opositores es el costo económico que supondrá dar seguro de salud a más de 30 millones de ciudadanos que ahora no lo tienen, la mayoría de los cuales están sin empleo, tienen uno temporal o una situación económica precaria.
"Injerencia" en la vida privada
Para explicar por qué muchos se oponen a la generalización de los seguros de salud en un país donde la mitad de las bancarrotas de particulares son consecuencia de las facturas médicas, se puede recurrir al argumento "emocional" al que apelan los conservadores cuando reiteran su preocupación por una posible injerencia en la vida privada por parte del gobierno al obligarles por ley a tener un seguro médico.
"Los detractores tienen miedo de que el gobierno federal se convierta en el papá de todos los estados y que tenga tanto control sobre tantos aspectos de la vida de las personas", afirmó a BBC Mundo el abogado civil Héctor Pena.
Según Emilio Viano, "la extrema derecha y el (conservador) Tea Party están subrayando este tema y sembrando el miedo en la población de que el gobierno se está introduciendo en tu vida privada y tratando de controlar asuntos de salud que pueden impactar en tu vida y la de tus seres queridos".
Población confudida
Por el contrario, los demócratas consideran que ha llegado la hora de que todos los estadounidenses tengan un seguro de salud.
"Estaba avergonzada y muy triste de que el país más rico del mundo no fuera capaz hasta ahora de garantizar el acceso a un seguro de salud asequible a todos los ciudadanos. Me alivia que finalmente vayamos a conseguirlo y me gustaría ver a todos poniendo sus esfuerzos para que la reforma triunfe", afirmó la directora del Centro de Investigación de Políticas y Atención de la Salud en la Universidad Estatal de Pensilvania.
Las encuestas muestran que, frente a los argumentos cruzados entre los políticos y las demandas presentadas por los estados y algunas asociaciones civiles, la población no conoce el verdadero alcance de la reforma sanitaria. En una reciente encuesta publicada por la fundación Kaiser, el 53% de los ciudadanos aseguraban estar "confundidos" con la norma.
Para el profesor de la Universidad Americana de Washington, esto se debe a que, en la actualidad, la ley es "muy compleja y difícil de entender" y será "muy vulnerable" hasta que entre en vigor.
"La gente no está gozando de sus beneficios y no tiene una clientela que pueda protegerla (…) Cuando la gente pueda escoger seguro médico, las compañías de seguros deberán replantearse algunas cosas" y la población verá cómo funciona, sentenció Viano.
OBAMA
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