Este personaje ha sido identificado como un maestro
curandero que lideró a una civilización hace más de 2.800 años, en la
actual ceja de selva peruana
Por Wilfredo Sandoval Bayona
La aparición de misteriosos esqueletos sin cabeza, osamentas
incompletas y cráneos de adultos colocados como ofrendas estuvo a punto
de confundir a los investigadores, que trabajaban en un antiguo templo
en la zona arqueológica de San Isidro, en Jaén).
Sus dudas empezaron a despejarse cuando, en la parte central del
monumento, descubrieron los restos óseos de un antiguo personaje con
características muy primitivas. Él ha sido identificado como un maestro curandero que lideró a una civilización hace más de 2.800 años, en la actual ceja de selva peruana.
Una gruesa capa de caracoles de diversos tamaños, abundantes restos
de animales mamíferos y aves, piezas de cerámica multicolor y piedras de
apariencia volcánica fue lo primero que atrapó la atención de los
arqueólogos del proyecto Investigación y Valoración del Patrimonio
Cultural en la Zona Nororiental del Marañón.
Una vez retirados estos elementos, el sitio arqueológico ubicado
cerca de Jaén fue invadido por momentos de un inusual silencio y
algarabía porque a 45 centímetros de profundidad hicieron su aparición
los restos de un personaje que habría presidido las más importantes
ceremonias y ritos. Estos fueron encontrados en una de las seis
construcciones arquitectónicas que hay en la cuenca hidrográfica del
valle Utcubamba y Marañón.
Se trataba de un contexto funerario único y completo. Los momentos
más intensos para el responsable del proyecto, Quirino Olivera Núñez,
ocurrieron cuando en la parte superior del esqueleto empezaron a
aparecer los prominentes arcos ciliares que forman parte de la zona
frontal del cráneo, que inmediatamente lo hizo pensar en el conocido
hombre de Neandertal.
RASGOS ATÍPICOS
Interesado por el hallazgo, el antropólogo físico Mario Millones reveló que se trata de un individuo que murió a los 40 años, de proporciones robustas y con una apariencia facial muy prominente, que lo diferencia de los otros esqueletos encontrados en la huaca San Isidro.
Millones señaló que los restos se encuentran en muy mal estado de
conservación e incluso la recuperación de las ofrendas pone en riesgo la
osamenta.
“El cráneo está formado por huesos frontal, parietal y occipital
bastante gruesos, casi similares a la de los otros individuos, pero eso
no significa que pertenezcan al mismo grupo familiar, lo cual se
determinará en los próximos meses con exámenes de ADN”, agregó.
Los peculiares rasgos físicos de las osamentas no fueron lo único
que llamó la atención de los estudiosos. A medida que avanzaba el
proceso de excavación, fueron encontrando ofrendas, especialmente de
cerámica, que datarían del período Formativo Tardío.
“También hemos registrado los restos de una mujer sin cabeza que
tiene en sus brazos a un niño que también fue decapitado”, dijo
Millones. “La existencia de personajes sin cabeza reafirma el lado
simbólico del complejo funerario, donde aún no se ha detectado la
práctica de sacrificios humanos”, añadió.
Quirino Olivera explicó que los restos pertenecerían a uno de los
curanderos más antiguos de la zona nororiental porque ha sido ubicado en
el lugar donde se desarrollaron los ancestros de la cultura Bracamoros.
“Se trata de un personaje que por la gran cantidad de ofrendas de
caracol y los rasgos físicos peculiares probablemente fue elegido para
ser el sacerdote o el líder más importante del grupo social que gobernó
desde el templo de Montegrande”.
Detalló que el curandero fue enterrado en las primeras capas de la
arquitectura monumental de la huaca San Isidro, como si estuviera
sellando el templo donde también se han encontrado hasta cuadro pisos de
ocupación asociados a elementos arquitectónicos que hacen referencia a
un gran recinto ceremonial.
MÁS DATOS
Los pobladores de San Isidro y Montegrande participan directamente en el proyecto de investigación arqueológica, con el apoyo del Gobierno Regional de Cajamarca y la Municipalidad Provincial de Jaén.
Las autoridades han destinado S/.800.000 para continuar con la
siguiente fase de investigación. Los trabajos de la presente temporada
culminarán en diciembre y se reanudarán en marzo del 2011.
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