Miles de palestinos se reunieron
este miércoles en Ramala (Cisjordania) para conmemorar el quinto
aniversario de la muerte de su líder histórico, Yasser Arafat. Fue el
recordatorio más amargo hasta ahora, porque el sueño de un Estado propio
parece más lejano que nunca.
En Ramala, el complejo presidencial -la Mukata- se llenó de seguidores del padre del nacionalismo palestino que portaban banderas nacionales y de Al Fatah, el movimiento que fundó Arafat.
La concentración se transformó pronto en una petición masiva al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y actual líder de Al Fatah, Mahmud Abbas, de que reconsidere su decisión de no presentarse a las elecciones previstas para enero.
Pero Abbas reiteró, en un discurso pronunciado durante las conmemoraciones, que no se postulará y reiteró que las negociaciones de paz con Israel no se reanudarán si el gobierno de Tel Aviv no acepta el cese total de la construcción de asentamientos en los territorios palestinos ocupados.
La alocución había generado expectativa, dado que -según la agencia AFP- sus allegados sugirieron que Abbas podría dimitir, lo que hubiera provocado el derrumbe de la ANP.
Divididos
Los palestinos se encuentran divididos y, al parecer, cada vez más lejos de su sueño de conformar un Estado único. La ANP atraviesa una grave crisis política.
Hamas, por su parte, gobierna en la Franja de Gaza, un territorio devastado por la ofensiva israelí de enero, destinada a terminar con los lanzamientos de cohetes hacia su población.
Ambas partes han estado fuertemente divididas desde que el grupo radical asumió el poder en Gaza en junio de 2007.
El negociador palestino, Saeb Erekat, le dijo a la agencia de noticias AFP que Arafat, de haber estado vivo, habría impedido el quiebre, que -en sus palabras- es la herida más dolorosa del pueblo palestino.
Se nota la falta de un líder simbólico y con cierta capacidad de negociación entre las facciones. Su muerte, junto con la desaparición de Isaac Rabin limitan las esperanzas de paz en Medio Oriente
Camilo, lector de BBC
Mundo desde Bogotá
Aunque funcionarios de Hamas afirman que el fallecido líder reconocía la lucha armada como una de las posibilidades de liberación, quienes reverencian su memoria en Gaza lo hacen de una manera discreta, incluso a cinco años después de su muerte.
Por otra parte, la construcción del muro divisorio de más de 700 kilómetros entre Israel y Cisjordania -declarado ilegal por el Tribunal de La Haya- estará pronto concluida.
Herencia deteriorada
Los analistas coinciden en que tanto la vía diplomática como la militar, polémica, se encuentran casi congeladas ante la ausencia de otro líder carismático y fuerte como Arafat.Pero mucho ha cambiado desde los orígenes de la ANP en la década de los años 50. No parece haber a la vista otro dirigente que pueda remontar la situación.
Según dijo Martínez Montávez a BBC Mundo, Arafat "dejó una herencia que en muchos aspectos fue deteriorada, especialmente en la situación de corrupción y en el poco acierto que tuvo para prever una sucesión".
A su heredero, Abbas, le resulta difícil mantenerse a la altura del antecesor.
Su popularidad es baja y hay dudas sobre la legitimidad de su poder: su mandato venció formalmente en enero y su autoridad se limita a Cisjordania, donde gobierna casi exclusivamente mediante decretos presidenciales.
"Segunda muerte"
El movimiento Al Fatah -nacionalista y secular- ha sido acusado de corrupción, ineficiencia y nepotismo, lo cual ha contribuido a debilitar su autoridad. Además, su poder e influencia han sido erosionados por divisiones internas.Algunos analistas y medios de comunicación han calificado esta derrota como "la segunda muerte” de Arafat.
Hay que hablar de una muerte del movimiento nacional palestino. Eso es lo grave. El movimiento ha muerto y no se ha reestructurado de ninguna manera que permita albergar esperanzas. El movimiento está liquidado
Pedro Martínez Montávez,
especialista en temas árabes
Para el especialista, se trata de una derrota del propio Abbas, que ha sido incapaz de superar las situaciones difíciles.
¿Habrá imaginado el fallecido líder un revés semejante? "Arafat fue progresivamente perdiendo la palabra y haciendo menos declaraciones. En sus últimos tiempos hablaba bastante poco. Creo que, ante la situación actual, seguramente ese proceso de enmudecimiento se habría agudizado", señaló Martínez Montávez.
http://www.bbc.co.uk/mundo/internacional/2009/11/091111_aniversario_arafat_rg.shtml
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