17 noviembre 2009

Los bosques y océanos siguen absorbiendo CO2 de forma invariable

Estos ecosistemas han absorbido el 55% de las emisiones de CO2 en los últimos 160 años, según el Dr. Wolfgang Knorr.

Los bosques y los océanos tienen una capacidad mayor de lo que se pensaba de absorber las emisiones de dióxido de carbono (CO2), según un estudio de la universidad británica de Bristol que contradice las previsiones más pesimistas al respecto.

Según su autor, el Dr. Wolfgang Knorr, los ecosistemas terrestres y marinos han absorbido de forma constante el 55% de las emisiones de CO2 humanas liberadas a la atmósfera en los últimos 160 años, aunque éstas han aumentado de 2.000 millones de toneladas anuales en 1850 a los 35.000 millones actuales.

Knorr dijo a Efe que el estudio presenta datos más optimistas de cara a la próxima cumbre de la ONU sobre cambio Climático en Copenhague.

En esa cita, que tendrá lugar del 7 al 18 de diciembre, se deben acordar nuevas medidas para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero que eviten un recalentamiento irreversible del planeta.

Según el científico, el estudio también confirmó que el aumento de CO2 en la atmósfera provocado por la tala de bosques ha sido sobre-estimado y se estima en el 12%, frente al 20% inicialmente calculado.

Por ello, su recomendación a la cumbre de Copenhague es que se concentre sobre todo en reducir las emisiones industriales a la atmósfera, ya que la reforestación puede no ser tan útil para combatir el cambio climático como se creía.

El estudio, publicado en la edición digital de "Geophysical Research Letters", se basa en datos históricos y estadísticos y se incluyen mediciones obtenidas en el hielo de la Antártida.

Esto, según el experto, lo hace más fiable que los modelos matemáticos de cambio climático, según los cuales el potencial natural de absorción del CO2 disminuye a medida que crecen las emisiones.

Knorr dijo que, según esos modelos, los sumideros naturales de CO2, como los océanos y los bosques, tendrían que haber reducido su capacidad, una conclusión que calificó de momento de "falsa alarma".

Pese a ello, pidió cautela y dijo que "no hay que llevar al ecosistema al límite", porque ese declive "en algún momento se producirá".

En opinión del científico, lo más preocupante de su investigación es que demuestra lo mucho que queda por aprender para poder predecir el clima. 

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