07 noviembre 2010

Aprenda a morir como los antiguos egipcios

Es uno de los viajes más apasionantes para llegar a la vida después de la muerte. No sólo hay que enfrentarse a criaturas demoníacas, evitar que le corten la cabeza o que le roben el corazón.

También hay que saberse de memoria las palabras precisas para hechizar a los enemigos y evitar que lo devoren.

Todo ese conocimiento está contenido en el Libro de los Muertos, una serie de instrucciones escritas y dibujadas en papiros, ataúdes o amuletos, que están a disposición del público en una de las más completas exposiciones sobre el tema que inauguró este jueves el Museo Británico en Londres.

Los expertos han logrado descifrar unos 200 conjuros y esta exposición incluye un Libro de los Muertos de 37 metros.

BBC Mundo recorrió los caminos por los cuales debían transitar los egipcios para llegar a la vida eterna. Si quiere aprender, siga entonces cuidadosamente los pasos que vienen a continuación.

Revivir al muerto

 

Conjuros mágicos

Una máscara utilizada para que el muerto se parezca a los dioses.
  • Conjuro 89
"Que tú hagas que mi alma vuelva a mí desde donde sea que esté"
  • Conjuro 151
"Oh tú, el que viene a rechazar mis pasos. Tú, cuya cara está escondida"

Primero lo tienen que momificar. Le sacan todos los órganos internos y lo envuelven en lino. Sólo le dejan el corazón.

El entierro es el inicio del viaje propiamente tal. Uno de los principales ritos de esta etapa es la ceremonia llamada "La apertura de la boca" a través de la cual se revive al muerto.

Después le ponen algunos amuletos mágicos en la garganta, lo introducen en un ataúd que tiene escritos algunos de los hechizos del Libro de los Muertos y lo dejan en una cámara funeraria.

La entrada queda sellada y a partir de ese momento el espíritu puede entrar o salir del cuerpo momificado.

El mundo de las tinieblas


Tiene que pasar por el mundo de las tinieblas que está debajo de la tierra.

Allí encontrará demonios y monstruos con cuerpos que mezclan partes humanas y animales.

Para enfrentarlos tiene que decir sus nombres y responder a sus preguntas (que previamente estudió antes de morirse).

Tiene que tener cuidado con usar los conjuros adecuados para que no le ocurran terribles castigos como ser decapitado o quedar restringido a una dieta de excremento y orina.

El Salón de las Dos Verdades


Conjuros escritos en un jarrón egipcio.
Algunos de los conjuros estaban escritos en jarrones, amuletos, paredes, ataúdes o papiros.

Si aún sigue vivo después del Mundo de las Tinieblas le corresponde llegar al Salón de las Dos Verdades.
Aquí los dioses evalúan su conducta y deciden si merece tener la vida eterna.

Tendrá que decir en voz alta el nombre de 44 deidades y convencerlos de que merece seguir viviendo después de la muerte.

Si lo hace, entonces los dioses toman su corazón y lo ponen en una balanza. Si ésta logra el equilibrio, entonces, finalmente, ha pasado a la vida eterna.

¡Felicitaciones!

 

Ahora puede viajar en un barco por el cielo junto a Ra, el dios del sol o, si lo prefiere, puede revisitar el mundo de los vivos. 

(Quizás tenga ganas de saldar algunas cuentas)

Como ha vuelto a nacer tiene acceso libre al Campo de los Juncos, una versión perfecta del Egipto de aquel entonces, con tierras fértiles llenas de ríos caudalosos.

Pero si no convence a los dioses, entonces su corazón será devorado por un monstruo.

Final del viaje.

Los papiros más famosos del planeta


Papiro con la imagen de "El devorador"
"El devorador" que come las almas es una mezcla de cocodrilo, león e hipopótamo.

Uno de los mayores expertos en la materia, John Taylor, dice que esta exposición es la primera de su tipo.
"No es sólo mostrar momias y ataúdes. Estamos contando sus miedos y esperanzas".

Taylor sabe todos los detalles conocidos hasta ahora sobre el viaje. Pero... ¿estaría dispuesto a hacerlo él mismo?

"Bueno, (dice riendo) hay que saber como decir los hechizos y no podemos pronunciar el egipcio antiguo como ellos lo hacían... creo que sería un poco arriesgado".

Las probabilidades de perder son infinitas. Y podemos suponer que ni a Taylor ni a ningunos de los lectores les gustaría terminar su existencia en manos de Ammut, El Devorador de Almas, una criatura compuesta por un tercio de cocodrilo, un tercio de león y un tercio de hipopótamo.

Quizás conviene no morirse.

A ver quién nos cuenta el secreto.
CULTURA 

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