Es el mayor afluente del Amazonas, el río más largo y caudaloso del mundo, pero en estos días se está secando.
El caudal de agua, que puede alcanzar los 30 metros de altura, llega en estos días apenas a los 13,63 metros.
Esto lo vuelve innavegable en la mayor parte de sus 720 kilómetros, lo que ha dejado aisladas a unas 66.000 familias.
37 de los 62 municipios de la región de la Amazonía declararon un estado de emergencia debido a la situación.
El fenómeno hace parte de una caída en el nivel de aguas del Amazonas que afecta no sólo a Brasil sino también a Perú y a Colombia.
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Se estima que la Amazonía brasileña posee el 25% del agua potable de la Tierra, por lo que esta sequía preocupa mucho a los especialistas.
Causas desconocidas
No sólo es inusual que haya dos sequías tan seguidas. Lo más raro es que entre medio, en 2009, también ocurrió el fenómeno contrario: hubo inundaciones
Rafael Cruz, Greenpeace, Manaos
Rafael Cruz, que trabaja para la organización ambientalista Greenpeace en Manaos, capital del estado de Amazonas, dijo a BBC Mundo que en este momento es imposible determinar con exactitud las causas del problema.
"Lo que es seguro es que tiene relación con el Niño", señaló, en alusión al fenómeno climático que provoca cambios en los patrones de las lluvias.
Además del río Negro, otro de los principales afluentes del Amazonas, el río Solimoes, también ha registrado su nivel más bajo desde 1982.
Para Cruz, lo más desconcertante no es el origen del problema, sino su asiduidad.
"Es normal que hayan ciclos de sequías e inundaciones. Pero ahora están ocurriendo mucho más frecuentemente", explicó.
En 2005 la región fue escenario de una sequía aún más extensa que la actual. Antes de eso, se había registrado un fenómeno similar, pero cuatro décadas antes, en 1963.
"No sólo es inusual que haya dos sequías tan seguidas. Lo más raro es que entre medio, en 2009, también ocurrió el fenómeno contrario: hubo inundaciones", dijo.
Muy preocupante
Se estima que cerca de 22 millones de personas habitan en la región de la Amazonía brasileña y episodios como estos los dejan aislados y sin acceso a agua potable, alimentos, medicamentos y combustible.
Además, la sequía también afecta la pesca, la ganadería, la agricultura y los negocios en la región.
Según la Agencia Nacional de Aguas de Brasil (ANA), los ríos de la Amazonía deberían recobrar su volumen normal el mes próximo.
En tanto, no es posible predecir si en el verano austral se repetirán las inundaciones del año anterior.
CIENCIA
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