05 febrero 2010

Cerca de 22 muertos en explosiones en Pakistán

KARACHI (Reuters) - Un supuesto suicida con bomba causó el viernes la muerte a 12 chiítas en la capital comercial de Pakistán y horas más tarde una segunda explosión en un hospital que trataba a los heridos dejó a otras 10 víctimas fatales.

La renovada violencia podría generar más dudas respecto a la efectividad de las fuertes medidas de seguridad sobre insurgentes talibanes respaldados por Al Qaeda, en un momento en que Washington quiere que Pakistán ayude a estabilizar al vecino Afganistán.

En una escena que se ha vuelto familiar en la lucha del estado contra talibanes pakistaníes, la segunda explosión generó una columna de humo blanco sobre el hospital Jinnah, mientras angustiados pakistaníes transportaban a familiares muertos.

El estallido hizo volar ropas y sandalias de los cuerpos que estaban cerca de las ambulancias. Una adolescente lloraba sobre lo que parecía ser una familiar cuyo estómago había sido destrozado por disparos de metralleta.

"(La explosión) ocurrió justo en medio de ambulancias", dijo el reportero de Reuters Augustine Anthony sobre el segundo estallido.

Habían reportes contradictorios sobre las causas de las explosiones, que según algunos oficiales de policía fueron provocadas por suicidas en motos, mientras que otros indicaron que las bombas fueron colocadas previamente.

No estaba claro si el ataque buscaba provocar violencia sectaria o crear la impresión de que el Gobierno es incapaz de estabilizar al nuclearmente armado Pakistán.

POLICIA DESACTIVA BOMBA

Fuerzas policiales informaron que desactivaron una bomba en el hospital de Karachi en donde estaban siendo tratadas las víctimas del estallido.

"La bomba estaba colocada en un aparato de televisión y nosotros la desactivamos exitosamente", dijo a Reuters el oficial de policía de alto rango Ghulam Nabi Memon.

Talibanes pakistaníes han realizado una serie de ataques con bomba en abarrotados mercados e instalaciones policiales y del Ejército, causando la muerte de cientos de personas desde octubre, en un intento por derrocar al Gobierno pro Estados Unidos del impopular presidente Asif Ali Zardari.

Karachi ha permanecido mayoritariamente libre de la violencia islamista durante los últimos años, pero un ataque con bomba a una procesión de la minoría chiíta en diciembre pasado alentó las preocupaciones de que milicianos estén expandiendo su lucha en la ciudad.

La violencia sostenida en Karachi, que recientemente ha sido escenario de un aumento de la tensión política podría disminuir la confianza de inversionistas en la debilitada economía.

(Reporte adicional de Kamran Haider en Islamabad; Escrito por Michael Georgy; Editado en español por Ricardo Figueroa)

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