La separación del mar rojo por Moisés, como se describe en la biblia y
el Corán, parece tener una explicación, pues según investigadores
estadounidenses un fuerte viento podría haber hecho retroceder al agua y
dividirla en dos.
El estudio realizado por expertos del Centro Nacional de
Investigación Atmosférica (NCAR por su sigla en inglés) y la Universidad
de Colorado en Boulder, demuestra que el soplo del aire puede empujar y
hacer retroceder el agua cuando un meandro de río se funde con una
laguna costera.
"La separación de las aguas puede entenderse mediante la dinámica de
fluidos. Los vientos mueven el agua de una forma acorde a las leyes de
la física, creando un pasaje seguro con agua a ambos lados y luego
permitiendo que el agua vuelva abruptamente", indicó Carl Drews de NCAR.
Drews y sus colegas estudian cómo los tifones del océano Pacífico
pueden crear aumentos de tormentas, así como otros efectos de los
vientos fuertes y sostenidos sobre aguas profundas.
Su equipo localizó un lugar al sur del mar Mediterráneo donde pudo
haberse realizado el legendario cruce y modeló diferentes formaciones de
tierra que podrían haber existido entonces, y que habrían generado la
historia del mar abriéndose para atravesarlo.
El modelo requiere un terreno en forma de "U" en el río Nilo y una
laguna poco profunda a lo largo de la costa. En él se muestra que un
viento de 101 kilómetros por hora, soplando de forma constante durante
12 horas, pudo hacer retroceder las aguas de 2 metros de profundidad.
"Este puente de tierra mide 2-3 kilómetros de largo y 5 kilómetros de
ancho, y permanece abierto durante 4 horas", escribieron en la revista
Public Library of Science, PLoS ONE. (Reuters)
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