Un comando de operaciones
especiales ingresó por la fuerza en el Hospital de la Policía de Quito
donde el presidente de Ecuador, Rafael Correa, estuvo retenido durante
toda la jornada del jueves después de protestas generalizadas en todo el
país protagonizadas por la policía debido a una disputa salarial.
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El mandatario fue evacuado en un pequeño convoy de autos resguardados por unidades especiales en medio de un intenso intercambio de disparos entre policías y efectivos del ejército.
La situación frente al centro médico fue de total caos con decenas de efectivos militares disparando y la policía respondiendo. Las imágenes de la televisión mostraron al menos a un efectivo del ejército herido.
Llega al Palacio de Carondelet
Minutos después el presidente Correa llegó al Palacio de Carondelet, en el centro de Quito, donde fue recibido por una multitud de personas.
"Sin duda es el día más triste de mi gobierno (...) por la infamia de los conspiradores de siempre", dijo el mandatario.
"Nos han tratado de retroceder siglos", dijo Correa para referirse a épocas de gobiernos de facto.
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El presidente pidió un minuto de silencio por las víctimas que podrían haber tras la operación.
"Cuando fui liberado me dijeron que por lo menos hay un caído", dijo Correa desde el balcón del palacio a través de un micrófono y se lamentó de que se derramó sangre inútilmente.
Sin embargo minutos después dijo que sólo hubo cinco heridos en la operación de rescate.
Correa responsabilizó al ex presidente Lucio Gutiérrez de la sublevación policial.
Sin duda es el día más triste de mi gobierno (...) por la infamia de los conspiradores de siempre
Rafael Correa, presidente de Ecuador
La protesta policial generó un ambiente de caos, en especial en Quito, donde el aeropuerto fue cerrado, aunque horas después fue reabierto, según informó el alcalde de la ciudad capital, Augusto Barrera.
El secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, dijo en rueda de prensa desde el Palacio de Gobierno que se declaró el "estado de excepción por una semana" y que en ese período las fuerzas militares asumirán el control de la seguridad.
Un muerto en protestas
En conferencia de prensa, el ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Miguel Carvajal, señaló que tanto el muerto como los heridos se produjeron en las afueras del hospital.
Además, la Cruz Roja confirmó que la protestas dejaron hasta el momento 51 heridos.
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La organización precisó en un comunicado que atendió "51 emergencias producidas por asfixia, politraumatismos, caídos, entre otros".
El gobierno denunció que la oposición estaba presionando para un golpe de Estado, aunque la cúpula militar le ha asegurado su respaldo al Ejecutivo, según afirmó el ministro de Defensa, Javier Ponce.
La seguridad de Correa estuvo en riesgo la mañana de este jueves cuando el mandatario confrontó a centenares de efectivos policiales que desde tempranas horas habían tomado las instalaciones del Regimiento Quito, un cuartel policial de la capital.
El jefe de Estado acudió al Regimiento Quito en compañía del ministro del Interior, Gustavo Jalkh, y desde la ventana de un edificio del lugar confrontó a los policías enardecidos al explicar las razones de su veto.
Atacado
"Si quieren matar al presidente, aquí está"
Correa salió caminando del recinto policial, y mientras se dirigía al vehículo presidencial bombas lacrimógenas fueron lanzadas muy cerca del lugar por donde caminaba el mandatario.
El presidente tuvo que ser trasladado al hospital donde todavía está retenido.
En una entrevista posterior con medios locales dijo que necesitó tratamiento médico y acusó a los agentes de conspiración y traición.
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Después de esto, los dirigentes de la policía señalaron que buscan el diálogo con el gobierno. "Estamos pidiendo que se nos respeten nuestras condecoraciones, y nuestros ascensos. No estamos en contra del señor presidente, le pedimos que se derogue las disposiciones de la Ley de Servicio Público que elimina las condecoraciones por el tiempo de servicio público", dijo al mediodía de este jueves el jefe de Estado Mayor de la Policía, Florencio Ruiz.
Elecciones anticipadas
Mientras las protestas policiales, y de diversos grupos sociales se extienden en Quito, Guayaquil, Cuenca, Ibarra, y otras ciudades, el presidente Correa analiza la posibilidad de aplicar la denominada "muerte cruzada", un mecanismo constitucional que lo faculta para disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones generales anticipadas.
Así lo afirmó la ministra de la Política, Doris Solís, tras una reunión efectuada la noche de este miércoles con el primer mandatario para discutir la posición adoptada por una parte del bloque oficialista en la Asamblea Nacional, el cual decidió sumarse a la oposición en el rechazo a varios artículos del veto presidencial a la Ley de Servicio Público.
"La muerte cruzada es una de las posibilidades, nosotros estamos en un proyecto de cambio, necesitamos construir leyes de consenso", dijo Solís, al calificar de "inconsecuencia" la actitud asumida en la Asamblea por un sector del oficialista Alianza País.
Qué dice la Constitución
El mandatario puede aplicar la "muerte cruzada" sólo una vez en los tres primeros años de su mandato.
"La muerte cruzada no es el escenario que nadie quisiera, pero es una posibilidad cuando no hay condiciones para ir a un proceso de cambio", insistió Solís.
Entre tanto, el bloque parlamentario de Pachakutik, brazo político de las organizaciones indígenas, demandó este jueves la renuncia del presidente Correa y llamó a los sectores sociales a conformar un frente de unidad nacional.
ECUADOR
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