Veredicto.
Tribunal dispone que la jueza vuelva a evaluar libertad condicional.
Retorno a la cárcel puede ser por poco tiempo si le vuelven a dar
beneficios, o hasta completar la condena si la jueza no logra reunir
requisitos de ley.
César Romero.
La ciudadana estadounidense Lori Berenson Mejía regresó a prisión para que se vuelva a evaluar su pedido de liberación condicional. Su retorno a la cárcel podría ser por 10 días, un par de meses o los cinco años que le restan de su condena de 20 años por terrorismo.
Ayer, el colegiado “C” de la Sala Penal Nacional estableció que la jueza Jessica León Yarango no cumplió con verificar, antes de otorgarle el beneficio de libertad condicional, si su domicilio en Miraflores brindaba seguridad apropiada.
El reclamo de la Procuraduría, respecto a que Berenson no cumple con el requisito mínimo de 15 años de prisión efectiva para obtener beneficios penitenciarios, no fue evaluado por el tribunal.
Tampoco responden si Berenson todavía es un peligro para la sociedad como afirmaba el abogado del Estado.
Verificar domicilio
Esos asuntos recién se evaluarán si la jueza León insiste en darle libertad y la Procuraduría apela. El tribunal superior encontró que la jueza cumplió con todos los procedimientos para evaluar ese pedido, menos verificar la seguridad del lugar señalado como residencia.
“Sin embargo, no se ha recabado el certificado de domicilio expedido por la unidad especializada contra el terrorismo de la Policía Nacional, respecto del domicilio ubicado en la Av. Grau 598, departamento 503, Miraflores”, anota la resolución judicial.
En este sentido, hace un llamado de atención a la jueza y le ordena solicitar a la Policía que emita ese certificado y que ella vuelva a decidir si concede o rechaza la solicitud de libertad condicional.
La obtención de ese certificado no debería tardar más de 10 días, según el abogado de Lori, Aníbal Apari. Si la policía dice que el departamento de Miraflores no es seguro, Berenson deberá señalar otro domicilio y así hasta que la policía dé su conformidad.
Se entregó
Berenson realizaba un trámite en la embajada de Estados Unidos cuando el viceministro de Justicia hizo pública la resolución del tribunal superior.
“La señora Berenson se encontraba en una reunión sobre asuntos consulares previamente programada en la Embajada en Lima cuando ella tuvo conocimiento de la decisión de la Corte”, indicó James Fennell, jefe de prensa de la embajada.
“Fue la decisión de Lori Berenson cumplir con la orden judicial y entregarse voluntariamente de inmediato –agregó–. Con el consentimiento de la señora Berenson, fue recogida por la Policía Peruana”.
Pese a saber su paradero, el último lunes el procurador Julio Galindo había dicho que agentes de inteligencia seguían sus pasos. La policía fue a buscarla a Miraflores para montar un show que, a todas luces, se pudo evitar.
Berenson, quien cargaba a su hijo Salvador, de 15 meses de edad, fue traslada a la sede de la Sala Penal Nacional en la avenida Uruguay y luego a la carceleta del Palacio de Justicia, donde esperó su traslado al penal de máxima seguridad Santa Mónica II en Chorrillos.
Pasadas las ocho de la noche, Berenson retornó a la prisión que había creído dejar en el pasado. El pequeño Salvador quedó a cargo de una funcionaria de la Defensoría del Pueblo, quien lo llevó al penal para que esté al lado de su madre.
“Esto es duro y no es saludable”
“La decisión de revocar mi libertad ha sido totalmente política. He estado en las noticias por nueve semanas enteras, en las portadas muchas veces, y me pregunto qué propósito hay detrás de esto. Esto es duro y no es saludable. Las personas que han orquestado esto saben que yo no soy un peligro para la sociedad”, declaró Berenson al Time antes de ser detenida.
“Estamos felices de que esto se haya producido, porque además de que Berenson regresa a la cárcel, se ha dictado una sanción a la jueza León por los errores cometidos. Esperamos que ahora se evalúe que ella no ha cumplido todos los requisitos para salir libre”, afirmó el procurador Julio Galindo.
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