La llegada del invierno pinta de verde un extenso
terreno de 150 hectáreas en el valle de Pachacamac. En el lugar habitan
más de 80 especies de fauna y 240 de flora, entre ellas la flor de Amancaes
A solo 34
kilómetros al sur de Lima, un extenso terreno de 150 hectáreas se pinta
totalmente de verde con la llegada del invierno: las Lomas de Lúcumo,
un ecosistema lleno de vida en el que habitan en perfecta armonía con su
entorno más de 80 especies de fauna y 240 de flora y que los pobladores
del Centro Poblado Rural Quebrada Verde del valle de Pachacamac han
puesto en valor para ofrecerlo como una alternativa más que interesante
si de respirar un poco de aire puro se trata.
Y es que las Lomas de Lúcumo ofrecen diversas opciones para
animarnos a dejar por unos días la agitada vida de la ciudad para entrar
en contacto directo con la naturaleza. Así, los visitantes pueden
recorrer las lomas costeras en cualquiera de las dos rutas de trekking
(de 4 y 6 kilómetros de recorrido), acampar y visitar el mirador
natural desde el que se domina todo el valle.
En los recorridos por las rutas diseñadas especialmente por los
pobladores de Quebrada Verde también se pueden ver atractivas
formaciones rocosas, como las caras del Inca y el español, o las
sorprendentes figuras de un toro y un cóndor talladas en una gran roca,
siluetas que, por caprichos de la naturaleza, resultan una perfecta
alegoría del Yawar Fiesta.
Pero eso no es todo. Los visitantes también tienen la oportunidad de
observar diversas especies de flora y fauna, como vizcachas, zorros,
halcones, aguiluchos, papayas silvestres y la limeñísima flor de Amancaes , especie en peligro de extinción que en el mes de junio llena los cerros y quebradas de la zona.
Finalmente, los más avezados pueden animarse a ir al farallón para
hacer parapente y rapel (descenso en formaciones rocosas verticales), o
utilizar uno de los circuitos de bicicleta para hacer downhill.
EL PROYECTO
Creada en el 2003, la Asociación del Circuito Ecoturístico Lomas de Lúcumo nació gracias a la iniciativa de un grupo de pobladores que se resistía a ver con resignación cómo sus pastizales se iban perdiendo a causa de las invasiones. En una ciudad en la que el concreto va ganando terreno frente a los espacios naturales, los habitantes de Quebrada Verde estaban dispuestos a dar pelea y conservar su entorno.
“Cuando quisimos poner en marcha el proyecto mucha gente nos dijo
que era una locura. No nos importó y seguimos adelante” recuerda
Jacinto Mendoza, presidente de la Asociación del Circuito Ecoturístico
Lomas de Lúcumo, y luego añade que con picos y lampas comenzaron a
habilitar zonas de camping y delimitar los senderos de trekking.
En el 2009 las Lomas de Lúcumo recibieron a 7400 visitantes que
llegaron hasta allá en busca de entrar en contacto directo con la
naturaleza.
La idea de Jacinto Mendoza y los 50 guías de la zona es convertir
el lugar en un parador turístico de importancia metropolitana, y aunque
todavía falta desarrollar un estudio de impacto ambiental, mejorar el
ingreso e implementar mejor la zona de servicios, los pobladores ya
vienen trabajando en la construcción de un museo de sitio, un centro de
interpretación y una zona de investigadores, así como en la reforestación
de lúcumos (actualmente solo hay un tronco en pie), árboles que dan
nombre a las lomas pero que hace muchos años fueron talados para
facilitar el paso del tren.
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