El número de cebras, jirafas,
leones y otros grandes mamíferos cayó en casi un 60% en los parques
nacionales africanos desde 1970, según afirma un estudio realizado por
científicos británicos.
Ambas causas podrían encontrar una explicación, además, en el expansivo crecimiento de la población humana.
La extensa red de parques nacionales africanos cubre el 15% del continente, es decir, cinco millones de metros cuadrados o un área similar a diez veces la del Reino Unido, un poco más amplia que la Unión Europea de los 27 y un poco menor que dos veces la extensión de Argentina.
Estos parques nacionales, que se cree juegan un papel fundamental en la conservación de las especies más conocidas del planeta, constituyen el hogar para animales tan emblemáticos como el búfalo, el antílope, el leopardo, el elefante, el ñu o el guepardo.
Falta de recursos
Existen literalmente cientos de parques en África, pero la mayoría no vigilan a sus animales lo suficientemente de cerca. Se necesitan inspecciones aéreas, que son costosas
Ian Craigie,
investigador de la Universidad de Cambridge
Y pone de manifiesto que áreas protegidas como el Serengeti o Masai Mara, que son frecuente destino turístico, fallarían en su objetivo de preservar la supervivencia de estas especies.
La falta de vigilancia sería uno de los motivos principales que marcaría la diferencia en los parques africanos.
Algunos de ellos se encuentran situados en el centro de alguno de los países más pobres del mundo, donde no existen los recursos suficientes para alejar o controlar la actividad de los cazadores.
Son también los países que más directamente sufren las consecuencias de los excesos de población.
"Existen literalmente cientos de parques en África, pero la mayoría no vigilan a sus animales lo suficientemente cerca. Se necesitan inspecciones aéreas, que son costosas", explica Ian Craigie, autor principal de la investigación.
Correlación entre recursos y gestión
"Los parques sudafricanos tienen mucha mejor financiación que los del resto de África. Están mejor gestionados, tienen una mayor número de trabajadores y son mejores a la hora de defenderse de los cazadores furtivos y de otras amenazas. Generalmente hay una correlación entre buena gestión y un menor riesgo de incidentes de caza", explica Craigie.
"Los grupos conservacionistas venían diciendo desde hace mucho tiempo que los parques no funcionan como deberían, pero nos ha sorprendido la escala del problema", explica el investigador.
Sin embargo, los expertos inciden en que esto no significa que los parques nacionales africanos no estén funcionando en absoluto. "Al contrario, muchas criaturas como el rinoceronte sólo existen en los parques, sin ellos las cosas serían mucho peor", enfatiza Craigie.
Pero su estudio viene a señalar que la solución al problema se encuentra en la necesidad de una mejor financiación.
CIENCIA
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