Estados Unidos debería
establecer un objetivo de recortes de emisiones para el año 2020 para
ayudar a que se alcance un acuerdo en la cumbre sobre el cambio
climático de Copenhague, según dijo este lunes Yvo de Boer, secretario
de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático.
"Necesitamos un objetivo claro de EE.UU. en
Copenhague", aseguró De Boer en rueda de prensa en Barcelona, España,
donde se inició la última reunión preparatoria de la cumbre que tendrá
lugar en la capital danesa entre en 7 y el 18 de diciembre, y cuyo
objetivo es concluir un nuevo acuerdo mundial de lucha contra el cambio
climático que sustituya al Protocolo de Kioto, que expira en 2012.
"No creo que la comunidad internacional acepte
un acuerdo que carezca de claridad respecto a lo que EE.UU. hará para
reducir sus emisiones. Creo que ese es una parte esencial del
rompecabezas", señaló el representante de la ONU.
En estos momentos las discusiones de cara a la
cita de Copenhague están centradas en determinar cómo compartir los
recortes de emisiones entre los países ricos y pobres, y de donde
provendrá la ayuda financiera que necesitarán los países en desarrollo
para hacer frente a los efectos del cambio climático.
Varias fueron las voces que desde Barcelona
instaron al gobierno del presidente Barack Obama a ofrecer un mayor
compromiso antes de la cumbre que se celebrará la capital danesa.
Bloqueo africano
DESACUERDO
Los puntos sobre los que existe
mayor desacuerdo son tres:
- Cuánto deben reducir los países desarrollados sus emisiones de carbono.
- Cuánto dinero deben aportar estos para ayudar a las naciones pobres a enfrentar al cambio climático.
- Cuánto deben reducir los países en desarrollo sus emisiones de gases de efecto invernadero.
El asesor de políticas de cambio climático de
Oxfam Internacional, Antonio Hill, aseguró que varios países de la Unión
Africana -como Egipto, Benin o Argelia- apoyan el bloqueo de las
negociaciones preparatorias hasta que EE.UU., Canadá y Australia fijen
mayores reducciones en sus emisiones de gases contaminantes.
Mientras, la ministra danesa para el Clima y la
Energía, Connie Hedegaard, afirmó que le resulta "muy difícil de
imaginar" que Obama vaya a recoger el Premio Nobel de la Paz el 10 de
diciembre "en Oslo, sólo a unos cientos de kilómetros de Copenhague y,
al mismo tiempo, envíe una delegación a Copenhague con las manos
vacías".
Según explica desde Barcelona el especialista en
ciencia de la BBC, Matt McGrath, los integrantes de la delegación
estadounidense aseguraron que su experiencia con el Protocolo de Kyoto
les ha hecho cautelosos a la hora de firmar un acuerdo internacional
antes de que sea aprobado por el Congreso de su país.
El ex presidente Bill Clinton firmó el Protocolo
de Kyoto en 1997, aunque no consiguió que el Senado de su país lo
ratificara.
En estos momentos la Cámara Alta estadounidense
está debatiendo una ley que recortaría las emisiones del país para el
2020 en alrededor de un 7% por debajo de los niveles de 1990. En
cualquier caso, no está claro que la legislación pueda ser aprobada
antes de la cita de la capital danesa.
Según Jonathan Pershing, jefe de la delegación
estadounidense en Barcelona, "la noción de que EE.UU. no está haciendo
un esfuerzo suficiente no es correcta".
Pershing aseguró que muchas de las acciones
emprendidas por EE.UU. en la lucha contra el cambio climático son
comparables a las adoptadas por la Unión Europea y otras naciones
desarrolladas.
Este lunes, en el exterior del recinto
barcelonés en que se reúnen unos 4.000 delegados de 180 países,
organizaciones medioambientales levaron a cabo diversas protestas para
mostrar su escontento por la falta de un acuerdo de cara a la cumbre de
Copenhague.
Mientras, en las grúas del conocido templo de la
Sagrada Familia, Greenpeace desplegó unas pancartas en las que se
podía leer "Salvad el clima" y "Líderes del mundo hagan un llamado por
el clima".
El encuentro de Barcelona se prolongará hasta el
próximo viernes.
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