03 noviembre 2009

Caracas sin agua


Hace casi medio siglo Gabriel García Márquez titulaba así un artículo sobre las vicisitudes de un inmigrante alemán durante una sequía en Caracas.

Este lunes la historia parece repetirse, ya que la capital se prepara para enfrentar estoicamente medio año de cortes programados de agua de hasta 48 horas en lapsos de una semana.

Todo ello forma parte del Plan de Racionamiento activado por el gobierno, dicen que por la falta de lluvias derivadas del fenómeno climático El Niño y por el derroche de los "oligarcas" que riegan sus jardines y llenan sus piscinas sin control.

Pero algunos no pueden dejar de preguntarse cómo uno de los países con mayores recursos hídricos y energéticos del continente puede quedarse, en pleno siglo XXI, sin agua, y por lo visto, también sin luz.


La cruda realidad es que actualmente el país sufre un déficit hídrico del 25% y, de no regularse el consumo de agua, la situación podría llegar a ser crítica tanto en lo que respecta al suministro de líquido como al sistema hidroeléctrico, dicen los expertos.

Los embalses y cauces que riegan de agua la capital registran hoy a niveles históricamente bajos en su capacidad, los mismos que abastecen las plantas hidroeléctricas que suministran energía a la urbe.

Una situación que para Alejandro Hitcher, presidente de Hidrocapital, organismo que gestiona el flujo de agua en Caracas, podría representar toda una oportunidad para fomentar entre los venezolanos una cultura del consumo responsable.

Sequía democrática

Cortes de agua en caracas Foto: Anahí Aradas
Hay cortes de agua programados de hasta 48 horas por semana.

Pero ciudadanos y expertos no ven las cosas con tanto optimismo. Para el Instituto Municipal de Aguas de Sucre (Imas), adscrito a una alcaldía de la oposición, las medidas del Ejecutivo llegan demasiado tarde.

"No se ha construido nada en la última década ni se han puesto medidas para reducir la demanda, por lo que tenemos un déficit de 2.000 a 4.000 litros por segundo", le dijo a BBC Mundo el ingeniero y presidente del Imas Norberto Bausson.

"La única salida que queda es un programa de perforación de pozos para abastecer a la ciudad, pero cualquier tipo de obra no se va a hacer hasta finales del año que viene", señaló.

Pero para Bausson una de las claves de esta crisis es que el gobierno no ha sido capaz de adaptarse al crecimiento incontrolado de las barriadas humildes de la ciudad, que se conectan arbitrariamente a los principales ramales de agua conformando marañas de tuberías difíciles de administrar.

"Tres meses sin agua"

No se ha construido nada en la última década ni se han puesto medidas para reducir la demanda, por lo que tenemos un déficit de 2.000 a 4.000 litros por segundo
Norberto Bausson, presidente del Imas

Subidos en un camión cisterna, nos dirigimos al barrio de Mariche, donde el agua nunca ha llegado con acierto.

En meses recientes en esta zona se activó el programa "Mi Agua" con camiones cisterna que una vez al mes rellenan de líquido, bidones, cubos y cualquier recipiente que las familias de este vecindario consiguen apilar.

"Uno sin agua no vive, uno sin agua no es un ser", dice indignada Judinia Toro.

Algunos han hecho todo un negocio de ello, dicen. Camiones cisterna "de los bomberos" supuestamente recorren las escarpadas calles cobrando precios astronómicos por un poco de agua.

Al preguntarles por las duchas de tres minutos promovidas por el presidente Hugo Chávez, a muchos de los habitantes de Mariche se les escapa una mueca irónica.

"Un minuto para mojarse, otro para enjabonarse y el tercero para enjuagarse", dijo el mandatario por televisión retratando un escenario para ellos más que cotidiano.

Pero la vida aquí no es fácil ni para los vecinos ni para los conductores de los camiones cisterna que tienen que vérselas con "malandros" que les dan la bienvenida a punta de pistola.

"Aquí si te descuidas empieza una balacera", dice Carlos, a quien se le acelera el pulso a medida que cae la noche.

La gota que colma el vaso

Cortes de agua en caracas Foto: Anahí Aradas
Camiones cisterna llevan una vez al mes agua al barrio de Mariche.

Cierto es que los venezolanos tienen una demanda de agua per cápita de 400 litros por persona al día, una tasa tan sólo superada por EE.UU. en todo el continente.

También lo es que el fenómeno climático El Niño ha dejado este año el peor balance de lluvias de los últimos 40 años, según expertos del Instituto Nacional de Meteorología.

En este sentido, una regulación más estricta podría ser un aliciente para aquellos acostumbrados a disponer de ella a voluntad.

Pero en una Venezuela afectada por los altos niveles de inseguridad y el cada vez mayor coste de la vida, la falta de agua y de luz podría ser la gota que colma el vaso.

Por el momento, y ahora más que nunca, los habitantes de Venezuela tendrán que esperar que la solución les llueva del cielo.
http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2009/11/091102_1821_venezuela_cortes_jg.shtml 

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