Un día, los ejércitos jugaron un
rol dominante en las sociedades latinoamericanas: derrocaron gobiernos
civiles, asumieron el poder y establecieron jefaturas y juntas militares
dejando un triste recuerdo. Y una herencia.
Sería muy complaciente decir que, en las
modernas sociedades latinoamericanas, las asonadas militares pertenecen a
otra era.
Según analistas consultados por BBC Mundo, el
escenario de un golpe militar por sectores conservadores de las Fuerzas
Armadas aún es real en la región.
Y lo es, indican, sobre todo porque el control
civil sobre los ejércitos en América Latina no es de la misma naturaleza
ni calidad en todos los países.
BBC Mundo presenta a
continuación un breve análisis sobre los distintos roles que están
asumiendo los ejércitos latinoamericanos.
- clic Rutas del desarrollo castrense
- clic Honduras, la advertencia
- clic Narcotráfico y otras amenazas emergentes
- clic Instituciones, milicias y fantasmas
- clic ¿Carrera armamentista o modernización?
Rutas del desarrollo castrense
En Argentina, se llevó a cabo esta semana la
XXVIII reunión de comandantes de los Ejércitos Americanos, una
conferencia destinada a analizar las estrategias de defensa del
continente.
Los ejércitos latinoamericanos se hallan en
pleno proceso de modernización de su infraestructura militar y enfocan
su papel en las llamadas "amenazas emergentes".
Pero es en el nivel de distinción entre lo civil
y lo militar, donde se bifurcan los diferentes modelos militares que
existen en la región.
¿A dónde van los generales? Los expertos
advierten que la lucha antinarcóticos ha acrecentado el papel de los
militares en la sociedad y en algunos regímenes y tendencias actuales el
ejército tiende a jugar un rol más prominente.
México está en la lupa de los analistas de lo
militar, mientras que en Brasil y Venezuela, los expertos ven que se
configuran dos caminos paralelos: uno que mira al ejército en un rol de
sólo defensa externa y otro como un defensor del proyecto político del
gobierno.
Honduras, la advertencia
El de Honduras no es el único golpe de Estado de
la última década y surge en 2009 como advertencia para el resto de los
países de América Latina.
No podemos decir que ya pasamos la época en la que los ejércitos jugaban un rol desestabilizador en la política latinoamericana.
James Lockhard Smith,
International Institute for Strategic Studies
De acuerdo con Jorge Luis Sierra, investigador
miembro del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia
(Casede), con sede en México, en algunos países de la región el control
civil sobre las Fuerzas Armadas es todavía débil.
"Persisten resabios antidemocráticos,
profundamente autoritarios, de grupos que pueden incluso ser civiles,
que están interesados en conseguir sus objetivos a toda costa,
incluyendo la posibilidad de ejecutar un golpe de Estado", afirma.
El analista aclara que se refiere al escenario
más catastrófico, aunque de "de ninguna manera es descartable".
"Si un pais se ve inmerso en una crisis
económica profunda que no pueda resolver, si resulta incapaz de
garantizar la seguridad de los ciudadanos, de controlar la fuerza y
penetración de los narcotraficantes, si fracasa en las funciones básicas
que debe tener su Estado, entonces creo que el escenario de un golpe
militar por sectores conservadores de las Fuerzas Armadas y de la propia
sociedad civil es un riesgo real".
El pasado de los golpes
Naciones que concibieron en los 70s el llamado Plan Cóndor, operación que llevó al asesinato y desaparición de miles de opositores.
- Brasil (1964-1985)
- Chile (1973-1990)
- Paraguay (1954-1989)
- Argentina (1976-1983)
- Bolivia (1971-1982)
- Uruguay (1973-1985)
James Lockhard Smith, investigador del Instituto
Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, siglas en inglés), con
sede en Londres, coincide en que "no podemos decir que ya pasamos la
época en la que los ejércitos jugaban un rol desestabilizador en la
política latinoamericana".
"Sería una visión muy complaciente decir que los
golpes de Estado estilo 70s ya quedaron en el pasado", afirmó.
Sierra advierte que aunque el de Honduras no fue
un golpe como los ocurridos en los 60s y 70s em Brasil, Paraguay, Chile
o Argentina, "sí fue una experiencia que puede ocasionar un daño
profundo al tejido democrático del país y que puede fortalecer la
influencia de los militares en la vida política nacional".
Narcotráfico y otras amenazas "emergentes"
La utilización de ejércitos latinoamericanos en
el combate al narcotráfico ha sido una función guiada por influencia de
Estados Unidos y determinada por las carencias del poder civil para
enfrentar mafias bien armadas.
Para algunos, esta participación sólo fortalece
las esferas de autonomía de los militares y alienta aspiraciones de
sectores militares que piensan que los civiles "han fallado".
Esa es la opinión de Sierra, quien asegura que
la lucha antinarcóticos ha acrecentado, de forma poco conveniente, el
papel de los militares en la sociedad.
Lockhard Smith, del IISS, afirma que, "en
ciertas circunstancias limitadas, es adecuado que el ejército asuma un
rol de procuración de justicia, simplemente porque tienen la capacidad
que la policía no tendría necesariamente".
El experto dice que las llamadas amenazas
emergentes, en realidad han estado ahí por mucho tiempo, "sólo que ahora
han adquirido especial relevancia".
"Son el tráfico de drogas, el tráfico de armas
pequeñas y ligeras, las actividades terroristas de algunas
insurgencias".
La intervención militar en áreas donde el poder
civil carece de capacidad instalada también se ve cuando el ejército
interviene en tareas de emergencia por desastres naturales.
"Ésas no son tareas propiamente militares. Ésas
son tareas no militares y cuando se emplean Fuerzas Armadas en tareas
así es que esos gobiernos carecen de una fuerza civil bien equipada".
Instituciones, milicias y fantasmas
Lockhard Smith distingue dos desarrollos
paralelos principales en América Latina:
Brasil y Chile
"Por un lado, tenemos países que
emergen del pasado, donde los regímenes militares aplicaban una doctrina
de seguridad nacional en general y el ejército jugaba un papel muy
predominante. En estos países, en particular en Brasil y Chile, están profesionalizando
sus ejércitos, se ha establecido un control civil
de los militares, y el ejército está asumiendo un rol de defensa
externa y en otras dimensiones que son diferentes del foco
previo tradicional en seguridad interna".
Venezuela y Ecuador
"En Venezuela y, en menor medida
Ecuador, hay un ejército que está perdiendo su rol constitucional de
defensor de la seguridad nacional y se está convirtiendo en defensor
del proyecto nacional del gobiernoconscripción, en
lugar de separar lo civil y lo militar, se tiende al uso de milicias
irregulares que apoyan al gobierno y, con mucha frecuencia, al
presidente mismo, fuera de los canales institucionales".
en cuestión. En lugar de
profesionalización, hay un sistema de
El experto afirma que hay también áreas en la
región con desarrollos muy positivos, pero donde sobreviven los
fantasmas del pasado.
"El gobierno colombiano, por ejemplo, ha
establecido múltiples iniciativas y reducido violaciones de derechos
humanos y la colaboración con grupos irregulares. Pero al mismo tiempo
hay culturas institucionales enrraizadas en sectores militares, que
siguen los modelos viejos de contrainsurgencia, viejos modos de hacer
las cosas y continúan involucrados en violencia y violaciones de
derechos humanos en alguna medida".
¿Carrera armamentista o modernización?
La de Brasil es la industria militar más
importante que hay en el continente después de Estados Unidos.
En relación con el Producto Interno Bruto,
Colombia, con 4%, es el país con el mayor gasto militar en 2007, seguido
de Chile, con 3,4%, Ecuador (2,9%) y Bolivia (1,7%). Brasil gastó ese
año el 1,5% de su PIB en Defensa, y Venezuela, 1,3%.
No hay guerras interestatales en la región, pero
sí conflictos armados internos que han rebasado la frontera y generado
tensión. También existen disputas territoriales que no se han terminado
de resolver.
En este contexto, visible sobre todo en las
fronteras entre Colombia, Venezuela y Ecuador, hay un proceso reciente
de adquisiciones de equipo militar de última generación por parte de
diversos países.
Jorge Luis Sierra, lo ve como "una competencia
por ver quién se pertrecha mejor".
Es muy fácil pensar que hay una carrera armamentista, porque hay algunos elementos de ello, pero es muy importante saber que los ejércitos de Latinoamérica están pasando por un ciclo de modernización.
James Lockhard Smith,
IISS
"Brasil está comprando tecnología a Francia para
la fabricación de submarinos nucleares, Venezuela se ha equipado con
una cantidad importante de aviones, Argentina ha hecho lo mismo. Chile
está en una reestructuración de sus Fuerzas Armadas. Son países con
instituciones militares en expansión".
Pero en opinión de Lockhard Smith no existe una
carrera armamentista en la región.
"Es muy fácil pensar que sí, porque hay algunos
elementos de ello, pero es muy importante saber que los ejércitos de
Latinoamerica están pasando por un ciclo de modernización", señala.
El experto en América Latina del IISS explica
que para que una carrera armamentista tenga lugar se necesita que haya
ciertas dinámicas que no están presentes en la región.
"En una carrera armamentista los Estados
responden a lo que perciben como el creciente nivel de amenaza mutua,
incrementando de manera progresiva su armamento.
"Ése es un proceso repetitivo, que yo no creo
que esté aquí todavía.
"El único lugar donde podría aplicarse en el
futuro sería entre Colombia y Venezuela, pero ese es un caso muy
limitado. Y mucho está simplemente inflado en los medios, fuera de toda
proporción".
No hay comentarios:
Publicar un comentario