Tres naves espaciales captan la 'firma' de moléculas de hidrógeno y oxígeno
La Luna no parece ser un desierto, como se pensaba. Tres equipos científicos presentan hoy en la revista Science datos tomados por otras tantas misiones espaciales en las que afirman haber identificado huellas de hidróxilo (HO), de agua (H2O), o de ambas, en la superficie lunar, con mayor intensidad hacia los polos.
La sonda espacial india Chandrayaan-1 (que dejó de funcionar el pasado agosto) detectó la presencia de "pequeñas cantidades de HO y/o agua en la capa más superficial de la Luna". En concreto, los científicos han medido -por espectrometría en infrarrojo- la señal de enlace químico de hidrógeno y oxígeno.
También captó esa señal la nave Cassini cuando pasó por las proximidades de la Luna (en 1999) con destino a Saturno. Roger N. Clark publica ahora los resultados. La tercera misión, Deep Impact, midió la señal de hidratación de la superficie lunar.
Paul G. Lucey, planetólogo de la Universidad de Hawai, comenta en Science la importancia de estos hallazgos que, para el científico, "exigen una revisión crítica de la idea de que la Luna es un cuerpo seco. No lo es".
Los expertos se plantean dos posibles orígenes de agua en la Luna: importada (por cometas que se estrellan en la superficie) o formada allí mismo. En el segundo caso, las moléculas de agua se formarían por la unión de los iones de hidrógeno del viento solar (flujo de partículas procedente de las estrellas) con oxígeno de las rocas lunares.
La idea del desierto lunar procede de las rocas traídas por las misiones Apolo, en las que las leves trazas de agua que se encontraron se adjudicaron a la contaminación terrestre.
Hace 10 años, los científicos de la sonda estadounidense Lunar Prospector anunciaron la detección de señales de agua en la Luna, pero, a falta de más datos, el hallazgo quedó aparcado.
El próximo 9 de octubre, otra nave, la Lcross, se estrellará en un cráter polar de la Luna también para buscar el rastro de agua en el material que se levantará por el impacto; y otra sonda, la LRO, actualmente en órbita marciana, posiblemente ha registrado la señal de estas moléculas en las últimas semanas.
Por otra parte, también sobre Marte llegan nuevas noticias de agua. Una sucesión de imágenes, tomadas durante varios meses por la nave Mars Reconnaissance Orbiter (de la NASA), muestra cinco nuevos cráteres de impacto en los que se aprecia una formación que, por el color y el brillo, debe de ser hielo de agua. Los análisis espectroscópicos lo confirman. Además, las formas se desvanecen al cabo del tiempo, como cabe esperar en un proceso de sublimación del hielo. Los científicos argumentan en Science que la cantidad de vapor de agua en la atmósfera marciana debió de ser superior en el pasado de lo que se estimaba.
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