El tiro libre del brasileño Roberto Carlos en un partido contra Francia tomó una curvatura tan pronunciada y desconcertante que el golero Fabián Barthez quedó como paralizado en la línea de meta.
Ahora un estudio que aparece en el New Journal of Physics (o Revista de Física) sugiere que la hazaña no fue un accidente futbolístico, como muchos aficionados creen.
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Un equipo de científicos franceses descubrió la trayectoria de la pelota y desarrolló una ecuación que la describe.
Según ellos, el gol podría repetirse si la pelota recibiera un golpe lo suficientemente fuerte, gira sobre sí misma y -lo más importante- a una distancia suficiente del arco.
Roberto Carlos marcó su gol "mágico" en 1997, en un encuentro que formó parte del Tournoi de France, un torneo amistoso que se celebró como antesala al Mundial de Fútbol de 1998.
Toma la curva
"Hemos mostrado que el rumbo de una esfera que gira sobre sí misma es una espiral", dijo a la BBC el director de la investigación, Christophe Clanet, de la École Polytechnique (Escuela Politécnica) de París.
Clanet describió la trayectoria como "un rulo de caracol", ya que aumenta la curvatura a medida que la pelota gana distancia.
Gracias a que Roberto Carlos se encontraba a 35 metros de la meta cuando pateó la pelota, la curvatura pudo apreciarse mejor. De forma que el tiro "desafiante" al fin y al cabo siguió una curva que cada vez se cierra más sobre sí misma.
Clanet estaba investigando la trayectoria de las balas junto a su colega David Quere, cuando derribaron este mito futbolístico.
Para "simplificar el problema" se valieron de pelotas de plástico que tuvieran la misma densidad que el agua.
Un viaje largo
El rumbo de una esfera que gira sobre sí misma es una espiral. Pero en una cancha de fútbol se notará la influencia de la gravedad. Sin embargo, con un golpe lo suficientemente fuerte, como el de Roberto Carlos, ésta influencia se minimiza
Christophe Clanet, físico
"En una cancha de fútbol, veremos algo parecido a esta espiral ideal, pero se notará la influencia de la gravedad", explicó Clanet.
"Sin embargo, con un golpe lo suficientemente fuerte, como el de Roberto Carlos, ésta influencia se minimiza", agregó.
El secreto clave, de todas formas, según los científicos, fue la distancia que recorrió la pelota para lograr engañar a Barthez.
"Si la distancia no es suficiente, sólo puede verse la primera parte de la curva", explicó Clanet.
"Pero si la distancia es la correcta, como en el tiro de Roberto Carlos, la curva se cierra, y se ve la trayectoria completa", remató.
CIENCIA
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