Los presidentes de
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, miembros del Mercado Común del
Sur (Mercosur), volverán a encontrarse este martes en la provincia
argentina de San Juan, junto con sus pares de Bolivia, Chile y
Venezuela, países asociados al bloque regional.
Las principales críticas provienen del país que, a partir de esta cumbre, tomará la presidencia pro témpore del grupo: Brasil, la principal economía del bloque.
Más allá de que el mandatario brasileño Luis Inácio Lula da Silva ha asegurado que el Mercosur será una de sus prioridades antes de terminar su mandato en diciembre, los opositores a su gobierno –e incluso algunos de sus aliados- han dejado trascender sus reservas sobre la continuidad del grupo.
Según Eduardo Boneo Villegas, director del Instituto de Derecho Económico y Empresarial del Mercosur de la Universidad del Salvador, muchos en Brasil consideran que el país tiene una mejor perspectiva de crecimiento si no está restringido por el resto del bloque.
"Brasil perdió el interés de pertenecer al Mercosur porque es un jugador global y quiere tener libertad para negociar tratados de libre comercio de manera individual", dijo a BBC Mundo.
Mercosur-UE
"Es muy difícil negociar de bloque a bloque", señaló Facundo Nejamkis, quien fue Jefe de Gabinete de la Presidencia de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur entre 2005 y 2009.
Para Nejamkis, no es sorprendente que el bloque no haya "cumplido con las expectativas" que muchos tenían cuando se creó en 1991.
"No se tiene conciencia de lo complejo que es lograr acuerdos entre cuatro países, en especial cuando los acuerdos afectan los intereses estratégicos de cada país", dijo a BBC Mundo.
No obstante, el ex dirigente del bloque destacó que en estos 19 años se lograron algunos avances importantes.
Lo más relevante, en su opinión, fue la creación del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur, a través del cual Brasil y Argentina, los miembros más grandes del grupo, aportan unos US$150 millones anuales para proyectos de infraestructura en los países más chicos del bloque, Paraguay y Uruguay.
"Fue una respuesta a uno de los problemas principales del bloque, que es la asimetría entre los socios grandes y los pequeños", señaló Nejamkis.
Proteccionismo
"Los miembros perdieron una visión compartida y una comunidad de intereses", opinó.
Para el experto, el principal problema es que con las sucesivas crisis económicas que afectaron a cada país y a veces al mundo entero, los socios se tornaron cada vez más insulares y proteccionistas.
De hecho, las trabas a la importación de productos europeos impuestas por Argentina son, en la actualidad, uno de los principales obstáculos que frenan un acuerdo con la UE.
Más allá de no poder presentar un frente común, el bloque tampoco ha podido acordar demasiados asuntos intra-regionales, como la firma de un Código Aduanero, que en esta cumbre de San Juan quedará nuevamente pendiente.
Algunos creen que una "solución" para el estancamiento del Mercosur sería permitir el ingreso de más países, pero los críticos sostienen que si ya es complejo lograr un acuerdo entre cuatro países, sumar más agravaría el problema.
Otros proponen que el bloque diversifique su temática y aborde otros asuntos regionales, como temas de educación o salud.
"Sería bueno crear un grupo para tratar estos temas, pero estaríamos hablando de un segundo Mercosur, porque este se creó específicamente para lidiar con temas comerciales y económicos", señaló Boneo Villegas.
Más allá de los problemas y de las críticas, para Nejamkis el bloque sigue siendo la mejor alternativa para integrar el Cono Sur al resto del mundo, algo que –en su opinión- explica la presencia de tantos mandatarios en la cumbre de San Juan.
"Si los países siguen perteneciendo al Mercosur es porque les es redituable", concluyó. "Si no, podrían irse, como hizo Venezuela con la Comunidad Andina".
MERCOSUR
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